La Galeria Alegria presenta el sorprendente trabajo de Clemente Benito (Fontellas, Navarra 1918). 'Crónicas Mundanas' es la primera exposición que realiza este artista emergente de 94 años.

Benito invierte jornadas enteras buscando personajes populares de diferentes pelajes poniendo especial interés en rescatar a todas esas diosas de piel aterciopelada que habitan en sus revistas e invitarlas a participar en sus festivos collages.

De este modo, Benito disfruta de innumerables horas deleitándose visualmente y componiendo abarrotadas imágenes que configuran una amalgama de rostros y esbeltas mujeres que conviven en perfecta sintonía. Estos collages son el retrato ideal de la sociedad en donde a Benito probablemente le gustaría con-vivir.

Benito goza de esa libertad del que ya no tiene que demostrar nada a nadie y por este motivo en esta exposición se puede disfrutar de ... un arte realizado sin ningún tipo de interferencia. Creación en su estado más puro.

BIOGRAFIA

Durante su primera juventud vivió en una pequeña población de la ribera de Navarra. Después de su traumática participación de la guerra civil, quinta del biberón en el Tercio de Requetés, su existencia transcurría entre la administración de una finca agrícola, los pequeños negocios familiares, sus ingeniosos inventos de aplicación avícola y la lectura como lector compulsivo.

A principio de los años setenta, sufrió un grave accidente de moto que le mantuvo unos días en coma. Cuando despertó, como el mismo asegura, mantuvo un par de 'conversaciones' con San Pedro. Bien fuera por esas conversaciones o porque era el tiempo y después de un viaje vacacional a Tenerife con su inseparable compañera Josefina, decidió abandonar todas las actividades productivas y se instalaron en un, recientemente construido apartamento frente al mar, en el sur de la isla.

Durante esta segunda juventud el tiempo transcurría entre la contemplación de las hermosas escandinavas que se le presentaban desde su estratégico observatorio, que como Josefina decía -está encantado porque cada semana le cambian 'el paisaje'-, el coleccionismo de todo lo coleccionable, la siempre obsesiva pasión por la lectura y la experimentación en aplicaciones manuales, cualquier objeto era susceptible de ser aplicado, de una forma de 'cocinar el papel maché' desarrollando una técnica, propia, solicitada por los talleres de manualidades y artesanos de la zona.

No fue hasta el inicio de su madurez, allá por los años noventa, cuando descubrió el 'brik-collage' abandonando las engorrosas técnicas del papel maché para utilizar la tijera sobre revistas, fotos familiares, periódicos, libros, catálogos, etc. En definitiva, todo aquello que pudiera ser diseccionado por su imaginación y enganchado en un papel. Preferentemente si lo seccionable son hermosas mujeres, aun cuando estén vestidas.

A pesar de tener varias propuestas para exponer, no ha sido hasta ahora, durante su larga estancia en Barcelona y tras conocer y tratar con críticos y galeristas entusiasmados con su trabajo, Clemente Benito ha considerado alcanzar la madurez artística suficiente para mostrar su trabajo al público.