Descripción de la Exposición
Los instrumentos musicales pueden considerarse extensiones del cuerpo: el ser humano puede, por ejemplo, silbar utilizando la boca y las manos, así que una flauta parece una prolongación natural del cuerpo en cuanto a crear un tono más potente o variado. El instrumento puede considerarse una suerte de prótesis que existe en simbiosis ciborgiana con el cuerpo. Las ideas específicas están vinculadas a esta interacción. Un instrumento se relaciona con la escala del cuerpo humano y la capacidad del oído para percibir espectros de frecuencia específicos. Los instrumentos tradicionales occidentales se ajustan a una estética dentro del canon occidental que culturalmente está dominado por los hombres. El principal instrumento de la música occidental, el piano, está diseñado para el tamaño de una mano masculina media; es más, los instrumentos musicales occidentales suelen estar diseñados para el hombre sin discapacidades físicas. Los instrumentos moldean la forma en que los tocamos, la forma en que el cuerpo interactúa con ellos. ¿Cómo afecta la forma del instrumento al sonido que producen? ¿Podemos imaginar otro tipo de prácticas instrumentales? ¿Otros tipos de música?
Los hallazgos arqueológicos de instrumentos musicales más antiguos, cuya antigüedad se remonta a hace aproximadamente 40.000 años, son de flautas hechas con hueso y se asemejan a las flautas modernas. Los arqueólogos insinúan que dichas flautas "tal vez contribuyeron al mantenimiento de unas redes sociales más amplias y, por lo tanto, quizás fueron de gran ayuda a la hora de facilitar la expansión demográfica y territorial de los humanos modernos". Diferentes culturas de todo el mundo cuentan con versiones de flautas sin lengüeta. La versión más extendida de flautas sin lengüeta, la flauta dulce, se desarrolló en Europa en la Edad Media y se utilizó ampliamente desde la segunda mitad del siglo XV hasta el siglo XVII. Desde finales del siglo XVIII, la flauta dulce fue cada vez más ignorada hasta ser prácticamente olvidada, debido a la invención de la flauta travesera.
En la década de 1920, el pedagogo alemán Carl Orff y la compositora Gunild Keetman, desarrollaron la denominada Música para la infancia, una teoría innovadora sobre la educación musical de niñas y niños. En Música para la infancia, el papel de la flauta dulce consistía en servir de herramienta de aprendizaje antes de avanzar a los instrumentos «reales». En la actualidad, el uso de la flauta dulce sigue estando muy extendido en centros escolares de todo el mundo como instrumento de aprendizaje. Las flautas soprano de plástico pueden comprarse por unos 5 euros y su accesibilidad los convierte en un instrumento ideal para la formación musical temprana.
La instalación "Crítica institucional para el jardín de infancia" reflexiona sobre la educación de los niños y niñas, la historia cultural de las flautas y la relación entre el cuerpo y el instrumento. Consta de dos flautas de pino y roble, y de una instalación sonora multicanal que comprende una composición polirrítmica para flautas, realizada con un instrumento compuesto por flautas controlado por ordenador y diseñado por la artista. El instrumento controlado por ordenador hace posible polirritmos muy avanzados, polirritmos tan complejos que resultan imposibles o muy difíciles de tocar para los humanos, pero sencillos de crear mediante un ordenador, mezclando así lo digital con lo analógico o creando música techno para flautas.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España