Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Repasando la historia del arte nos damos cuenta de las pocas mujeres que aparecen en ella. Una de las posibles causas es que hasta el siglo XVIII no existió un mercado del arte como tal, lo que obligaba al artista a trabajar por encargo, el tema o el formato venían impuestos por la voluntad del coleccionista que encargaba la obra de arte. El artista no era más que un artesano que trabaja según un tercero que limitaba sus pretensiones y libertades artísticas, no podía desarrollar libremente su creación, los temas, la composición, el dibujo e incluso los colores le eran impuestos. Parecía por tanto imposible que en un mundo profesional tan estricto y reservado para los hombres pudiera destacar una mujer. Ésta fue una de las barreras del mundo del arte hasta el siglo XVIII: la aceptación de las mujeres como artistas. Si repasamos la historia de la música, de la literatura o de la arquitectura parece casi imposible encontrar un nombre femenino hasta esa centuria revolucionaria. Los principios de igualdad, fraternidad y libertad proclamados por la Revolución Francesa cambiaron el mundo y llegaron hasta las artes. Fue entonces cuando las mujeres empezaron a luchar por sus derechos y sus libertades dando lugar a una revolución artística que tendría sus primeros frutos en el siglo XIX. Mujeres como la escritora Georges Sand lucharon contra los prejuicios establecidos que reservaban la literatura o la pintura como materias exclusivamente masculinas. Esta revolucionaria adoptaba diferentes pseudónimos masculinos, vestía como un hombre y entraba en lugares únicamente reservados para ellos, tales como bibliotecas o museos, fumaba cigarrillos y tenía varios amantes. A través de sus obras literarias, que leyeron tanto hombres como mujeres, y gracias a su actitud liberadora demostró que una mujer tenía las mismas cualidades que un hombre. El álter ego de Georges Sand en la pintura sería Rosa Bonheur, quien contribuyó a abrir las puertas del arte a numerosas mujeres del siglo XIX como Mary Cassat o Berthe Morisot, quienes estaban limitadas por todas las imposiciones de su época. Aunque hoy pueda parecernos increíble, Rosa Bonheur tenía que pedir un permiso al Estado para poder llevar pantalones cuando acudía a las ferias de ganado donde pintaba animales. Todas estas limitaciones impuestas por una sociedad cerrada hacían que para una mujer del siglo XIX no resultara evidente ser artista. La presencia femenina en los Salones o en los concursos oficiales de pintura era vista como algo puntual. La primera exposición consagrada únicamente a mujeres no tuvo lugar hasta el año 1884 en Ámsterdam. Los temas eran más limitados para las artistas para las que no era fácil acudir a los cafés o a las carreras, temas típicos de su época, tal vez por eso se centraban en escenas íntimas de la vida familiar tratándolas con una sensibilidad única. A pesar de esto, no será realmente hasta el siglo XX cuando la mujer ocupe el mismo lugar que el hombre en el arte. Lo que importa en realidad es la obra de arte, los sentimientos que transmite sin tener en cuenta si esta pintada o esculpida por un hombre o una mujer. Aunque tal vez parezca más fácil para las mujeres artistas del siglo XX, ellas también tuvieron que luchar contra las dificultades que suponía para una mujer ocupar un puesto que durante toda la historia del arte había estado consagrado a los hombres. En nuestro país, mujeres como Maruja Mallo o María Blanchard tuvieron que enfrentarse a numerosos obstáculos viajando incesantemente a París donde encontraban la libertad que en España no disfrutaban, ya que la igualdad llegó más tarde que en otros países europeos. En otros países, mujeres como Vieira da Silva o Tamara de Lempicka también supieron lo que era vivir en un mundo liderado por hombres. Estas mujeres revolucionarias fueron pioneras en acercarnos el arte desde su personal sensibilidad, la femenina, la que nunca antes había estado tan presente en el mundo artístico. En el siglo XXI las mujeres han encontrado por fin su lugar como artistas reconocidas cuyas obras podemos encontrar en museos, ferias internacionales, galerías, espacios públicos y subastas donde alcanzan records históricos. Las posibilidades de expresión del 'arte de las mujeres' no deja de ampliarse desde el siglo pasado encontrándolo en las grandes corrientes y tendencias como el surrealismo, la abstracción, el cubismo, el realismo... Esta exposición, creadoras del siglo XX, va a permitir acercar al público más de cuarenta obras de las principales artistas de los siglos XX y XXI. Esta selección de obras abarca numerosas técnicas artísticas como la escultura, la pintura, el dibujo o la fotografía, donde se distinguen especialmente por su mirada subjetiva. El objetivo de esta muestra es poner de relieve las distintas maneras en que las mujeres han ejercido una actividad artística y cómo estas artistas que marcaron el arte del siglo XX siguen haciéndolo actualmente influenciando tanto a hombres como a mujeres artistas del siglo XXI.
La exposición presenta magníficas obras de arte realizadas por las principales artistas de los siglos XX y XXI, en una selección que abarca escultura, pintura, dibujo, fotografía e instalaciones. La muestra va a permitir acercar al público más de cuarenta obras de las principales artistas de los siglos XX y XXI. Esta selección de obras abarca numerosas técnicas artísticas como la escultura, la pintura, el dibujo o la fotografía, donde se distinguen especialmente por su mirada subjetiva. El objetivo de esta muestra es poner de relieve las distintas maneras en que las mujeres han ejercido una actividad artística y cómo estas artistas que marcaron el arte del siglo XX siguen haciéndolo actualmente influenciando tanto a hombres como a mujeres artistas del siglo XXI. Repasando la historia del arte nos damos cuenta de las pocas mujeres que aparecen en ella. Una de las posibles causas es que hasta el siglo XVIII no existió un mercado del arte como tal, lo que obligaba al artista a trabajar por encargo, el tema o el formato venían impuestos por la voluntad del coleccionista que encargaba la obra de arte. El artista no era más que un artesano que trabaja según un tercero que limitaba sus pretensiones y libertades artísticas, no podía desarrollar libremente su creación, los temas, la composición, el dibujo e incluso los colores le eran impuestos. Parecía por tanto imposible que en un mundo profesional tan estricto y reservado para los hombres pudiera destacar una mujer. Ésta fue una de las barreras del mundo del arte hasta el siglo XVIII: la aceptación de las mujeres como artistas. Si repasamos la historia de la música, de la literatura o de la arquitectura parece casi imposible encontrar un nombre femenino hasta esa centuria revolucionaria. Los principios de igualdad, fraternidad y libertad proclamados por la Revolución Francesa cambiaron el mundo y llegaron hasta las artes. Fue entonces cuando las mujeres empezaron a luchar por sus derechos y sus libertades dando lugar a una revolución artística que tendría sus primeros frutos en el siglo XIX. Artistas incluidas: Olga Sacharoff, María Blanchard, Natalia Goncharova, Sonia Delaunay, Nina Kogan, Antonina Sofronova, Tamara De Lempicka, Norah Borges, Maruja Mallo, Frida Kahlo, Gisèle Freund, Remedios Varo, Maria Helena Vieira Da Silva, Roberta González, Dorothea Tanning, Meret Oppenheim, Amalia Avia, Paula Rego, Isabel Quintanilla, Sophia Vari, Soledad Sevilla, Candida Höfer, Rachel Laurent, Susana Solano, Cristina García-Rodero, Alicia Vela, Carmen Calvo, Cindy Sherman, Menchu Lamas, Cristina Iglesias, Ouka Leele, Concha García, Maggie Cardelús, Ana Laura Aláez, Susy Gómez, Marina Núñez, Magdalena Abakanowicz y Yoko Ono.
Formación. 08 may de 2025 - 17 may de 2025 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España