El artista portugués José Pedro Croft vuelve a exponer en la Galería Helga de Alvear.

Son obras recientes que continúan la línea de trabajo del artista sobre los materiales y la apariencia, el punto de vista y la relación con el espectador y la tradición de la escultura moderna. Para esta nueva muestra, Croft presenta esculturas relacionadas con la pared del espacio expositivo, en los que la pintura toma una importancia capital ya sea para destacar elementos o detalles o para matizarlos e incluso esconderlos. Son conceptos fundamentales: vacío y lleno, volumen y plano, línea y color...

En ciertos aspectos reinterpreta, cita y utiliza recursos de las vanguardias clásicas que nos pueden recordar a algunas de las grandes novedades introducidas por la abstracción geométrica. En general sin embargo, se trata de explorar las características y experiencias fundamentales de las artes visuales.

Son esculturas tridimensionales pero que ... el espectador no puede rodear, que no son exentas, más próximas quizás a un bajorrelieve. Otro posible acercamiento sería verlas como dibujos en metal, especialmente por la estrecha y fundamental relación que tienen con sus trabajos sobre papel. También se podrían entender estos últimos como el origen primero y seminal de las esculturas.

Efectivamente estos trabajos participan de los mismos procedimientos creativos en los que el hierro sustituye al lápiz o a la tinta. Al contrario del plano único que constituye el papel la movilidad del espectador frente a la escultura permite y multiplica los juegos visuales en los que la perspectiva, las líneas de fuga o las formas geométricas experimentan variaciones siguiendo el ojo humano.

Otras veces, sin embargo, la relación entre lo pintado y lo escultural es más libre y cada uno de los elementos parece convivir, si no en oposición, sí casi como si fueran dos obras distintas o al menos independientes.