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La vanguardia soviética de la década de los años 20 y 30 del siglo XX es uno de los hitos de toda la historia del arte. La exposición Construir la Revolución. Arte y arquitectura en Rusia, 1915-1935 descubre un periodo excepcional en el que participaron artistas del movimiento constructivista como Liubov Popova, Alexandr Ródchenko o Kazimir Malévich, arquitectos rusos como Konstantín Mélnikov, Moisei Guínzburg, Iskandar ... Schkhov, Ilya Golosov y Alexandr Vesnín y otros europeos, como el francés Le Corbusier y el alemán Erich Mendelsohn.

La exposición consta de unas 230 obras entre maquetas, obras plásticas (pinturas y dibujos) y fotografías (de archivo, de los años veinte y treinta, y contemporáneas, a cargo del fotógrafo británico Richard Pare). En ella, se trata el espacio de tiempo que va entre la Revolución de Octubre y la fundación de la URSS, intervalo en el que los artistas plásticos y los arquitectos se unieron bajo la causa bolchevique para que el arte ayudara a construir el nuevo estado socialista. Con la institucionalización del denominado realismo socialista como tendencia oficial del nuevo régimen estalinista, estos artistas fueron considerados «indeseables » y sus obras enviadas a provincias. Fue un periodo destacado tanto por la radicalidad de las propuestas como por ser un proyecto colectivo en el que participaron artistas visuales del movimiento constructivista y arquitectos para crear una nueva sociedad basándose en ideas socialistas.