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Según Jesús Rey Martínez, presidente de la Fundación Feima, en esta exposición encontramos: “Tres proyectos conceptualmente distantes que confluyen en una exposición que nos muestra las propuestas artísticas de tres nuevos creadores pertenecientes a la misma generación. En definitiva, tres discursos artísticos actuales enfrentados en sus planteamientos y unidos en un mismo espacio gracias a la iniciativa de estas dos entidades”.

Esta es la segunda edición del Premio “FEIMA – FUNDACIÓN LAXEIRO” que a través de importantes dotaciones económicas, exposiciones y compra de obra de los artistas ganadores, fomenta la creación de artistas plásticos nacidos o residentes en Galicia, menores de 36 años.

Mar Vicente centra su trabajo ... en la idea de “pintura expandida”. Para ella el problema de la pintura no reside tanto en una crisis de las técnicas y los temas, como sí en el límite físico impuesto por el soporte tradicional. Un límite que ella rompe y expande por el espacio expositivo. Mar se convierte así en una pintora de la tridimensionalidad. Una pintora silenciosa que se mueve en el terreno interior de la pintura, siguiendo ciertas características de la abstracción post pictórica y el minimalismo. Su preocupación por la expansión de la pintura nos sitúa en una problemática que mayoritariamente ha sido obviada por esta disciplina: el factor tiempo-

Mar Vicente reajusta los tiempos mediante la realización de vídeos estáticos y de obra pictórica dinámica. Modela el tiempo más allá de los límites de la convención contemplativa y expande la pintura para crear espacios de luz, color, reflejos y sombras que consiguen situarnos, no tanto “en frente”, sino “dentro de la obra”. La pintora lucense es una generadora de espacios y por ello, su trabajo se sitúa en esa línea fronteriza entre la pintura, la escultura y la instalación

Pablo Pérez Sanmartín utiliza lenguajes propios de la cultura de masas para construir un universo corporativo. Una imagen de marca.

Su obra parte de una semiótica publicitaria, para articular un discurso socialmente crítico. En la exposición queda latente su fascinación por lenguajes que secuencian el mensaje, como el comic o la publicidad. Mediante esta estrategia, el autor configura un entorno iconográfico que se despliega ante el espectador de forma inquietante.

El trabajo de Samuel Castro intenta minimizar la narratividad. Podríamos decir que sus piezas proponen, apelan e interrogan, pero raramente narran. Plantea juegos conceptuales que suele remitirnos a lo cotidiano. Por un lado, el artista defiende la posibilidad de hacer obra con los materiales que se tienen a mano y, por otro, trabaja sobre la hipótesis de aportar la mayor información con el mínimo de elementos.

Estamos pues ante tres universos diferentes, Tres caras del mundo del arte contemporáneo que confluyen en una preocupación por la ruptura de lenguajes convencionales y, con ello, la apertura hacia nuevos modos de “subjetivación” del mundo. Estas diferencias y similitudes hacen de “CONFLUENCIAS” una exposición enriquecedora y contemporánea.