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En la Sala Amics de la UNESCO de Alcoi está exponiendo estos días una artista neo-plural, tanto por su obra como por lo particular de su creativo ejemplo en nuestra ciudad.

Sus esculturas, polimorfas, dramáticas y duales, entablan un proceso de perforación de la imagen, para llegar a las partes esquivas de la naturalidad endémica en su referencia academicista, cuya característica la lleva a ese expresionismo que se percibe en la ejecución de las manos y pies grandes de sus esculturas en bronce o escayola señal inequívoca de su formación artística bajo el código de la imagen.

Nacida en Madrid, desde muy pequeña se fue con su familia a vivir a París, donde recibió enseñanzas en diversos talleres y escuelas, su no excesivo curriculo nos da una referencia tímida en ... su contacto con el espectador. También expone dibujos meticulosos y casi de exaltación figurativa, donde la técnica, minimalista, extiende su domino a la forma. Otras variantes expuestas son las fotografías digitales, un extraño y bello mirar los paisajes, las calles y las plazas de Alcoy con exquisita emoción, que las objetiviza con ojos abiertos por lo cotidiano, excelente el conjunto, paseándose por una cualidad femenina ensoñadora y determinante a la vez.

¿Cuál fue la estrella que la trajo a Alcoy y comprar una casa en el Carrer de Sant Francesc para instalar su estudio? Quizás llevada por la aparente fama cultural de esta ciudad, no se dio cuenta de que entraba en un entorno miope con el Arte y hostil con sus artistas. Sea como sea, quizás el poder magnético que posee nuestro territorio Serpis, anule un poco la capacidad práctica para introducirnos en el interior de los creativos independientes. Te saludamos, osada.

Como es normativo en los últimos tiempos, esta exposición la coordina J. L. Seguí, Artinaction-Alcoi, impertérrito ante los acontecimientos, luchador a veces insolente, que está aireando el empolvado mundo de los camerinos palatinos y críticos de nuestro adormecido concepto intelectual.

La magnífica Sala de la UNESCO se la ve ansiosa por recuperar ese brillo de lo contemporáneo y alejarse de la frialdad reaccionaria de una supuesta gama estereotipada por el proceso monotemático y supuestamente social. Es fría, sin detalles, lejana en su melancólica versión de los tiempos actuales.

Quizás un asesor independiente y radical como J. L. Seguí la haría reaccionar en las claves del presente.

Cristina Mayo, mientras tanto, con su lúcida obra intenta traspasar esa realidad, para simplemente ser una más de aquellas personas que aman el sitio donde viven.