El cuadro es un soporte muro, un folio de grandes dimensiones, un espacio escritural en el que las formas se distribuyen por la superficie con intención “narrativa”. Teniendo en cuenta este espacio para la “escritura” (muy próxima al origen del lenguaje), Freixanes utiliza como soporte, la mayoría de las veces, telas estampadas: telas que ya contienen un motivo a modo de señal, marcas que condicionan desde un principio los ingredientes de la obra. Éstos vienen de lugares diversos y, generalmente, desubicados de su espacio original: figuras que son fragmentos de fotografías, manchas, dibujos, etc., se juntan en una apariencia armónica hasta terminar por construir un lenguaje.

El cuadro no es un objeto aislado, forma parte de un conjunto, como los capítulos de una novela o los poemas de un poemario. De esta manera debe entenderse la exposición que ahora presenta ... en la Galería May Moré de Madrid con el título genérico de Comportamientos. Una serie de cuadros referidos al “acto de hacer”; sin ánimo de construir, ni de producir. Hacer recreándose en la actitud y no en la aptitud para ello. Así, cada cuadro propone un acto aparentemente inútil: Los que se miran, El que vigila el verso, La que pone y la que pisa, La que camina sobre poemas, La que pisa la ceniza…

En Comportamientos la acción es lo que importa, sin atender a las consecuencias que esa acción puede acarrear. Cada cuadro se concentra en la prolongación del instante, la misma actitud que mantuvo el artista a la hora de realizarlos, dejando consumir el tiempo en los infinitos arabescos que pueblan la superficie de cada obra, a la manera en que los monjes budistas realizan sus mandalas de arena.

Desde que en 1995 realiza su primer viaje a la India, se interesa por los comportamientos plásticos considerados como artesanales, y manteniendo la pintura como base de su expresión plástica, sus trabajos se abren a nuevos abanicos expresivos, a otros recursos del lenguaje en los que trata de cuestionar cometidos del arte tales como el de representar para perpetuar conceptos como memoria y permanencia. Formas de hacer que en la actualidad introduce en su propio trabajo plástico y en intervenciones efímeras como Cartografía do tempo, San Domingos de Bonaval (Santiago de Compostela, 2002), Escrituras, en colaboración con Chantal Maillard en el Círculo de Bellas Artes (Madrid, 2003), Los pies de la bailarina, con la bailarina india Sharmini Tharmaratnam (Granada, 2004), o las más recientes Al Final del Amanecer en la Catedral Sacre Coeur (Casablanca, Marruecos, 2006) y Voces de Basalto Negro en el Jan Asaab Basha (Damasco, Siria, 2007).