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Cristina García Rodero (Puertollano, Ciudad Real) es un símbolo para los fotógrafos de todo el mundo. Su ingreso en la Agencia Magnum Photos no ha hecho más que ratificar el prestigio y solvencia de una obra que, durante cuarenta años se ha ganado el respeto de todos.

Autodidacta, creadora de un estilo propio y fotógrafa por vocación, ha hecho del reportaje el motivo de su trabajo en todo el mundo. Para ella la fotografía es un elemento antropológico y artístico. Durante más de veinte años recorrió todos los pueblos de España fotografiando a sus gentes, dando fe de sus celebraciones rituales y recogiendo en cada instantánea la tremenda carga simbólica que había en cada una de ellas.

Cristina García Rodero se inicia como fotógrafa en 1969 en los ambientes universitarios, y en 1970 estudia fotografía en la Escuela de Artes Plásticas y Diseño de Madrid, de la que llega a ser profesora en 1974. En 1983 es profesora de la Facultad de Bellas Artes de Madrid y en 1987 obtiene la cátedra de Fotografía en la Escuela de Artes Plásticas y Oficios Artísticos de Madrid.

Durante su actividad profesional ha conseguido numerosos galardones internacionales, entre ellos, el premio Planeta de fotografía en 1985, el premio Eugene Smith de fotografía humanista de Nueva York en 1989, el World Press Photo en 1993 y el premio Nacional de Fotografía del Ministerio de Cultura en 1996.

La exposición 'Combatiendo la nada', es una muestra en blanco y negro de su amplísima producción y de su trabajo por todo el mundo, poniendo de manifiesto que el estilo es lo que importa y que su objetivo es captar la realidad en toda su crudeza.

Desde 2001 Cristina García Rodero está en la galería Juana de Aizpuru y, desde 2007 es fotógrafa asociada de la agencia Magnum Photos, que dos años después la ha incluido entre sus fotógrafos de referencia, en reconocimiento a una labor en la que siempre ha puesto de manifiesto que es una artista que fotografía por vocación lo que le interesa.

Ella misma ha dicho que se mete en la vida de la gente sin que nadie la invite y reconoce que su único lenguaje, su única forma de comunicación es a través del objetivo de la cámara. Su permanente interés por saber más le ha llevado a recorrer el mundo tratando de descubrir el significado de los ritos que definen a cada zona, pero que -a pesar de sus diferencias- vinculan a todos los habitantes del planeta.