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Cuando comencé a trabajar sobre la colección, a principios del 2010, tenía muy claro la idea que la alimentaba: el hombre resquebrajado y la necesidad de hacer el camino. Recorrerlo y llegar al final tenía un precio: la libertad (liberación), ese instante único que te ofrece la posibilidad de contemplar los distintos paisajes que has dejado atrás (visión global). Debido a todos los acontecimientos que se han precipitado a lo largo de estos meses, es casi obligado subrayar y acentuar que nunca el ser humano ha podido estar más alejado de su propia naturaleza, su identidad. La manipulación por parte de Gobiernos e Instituciones ha dejado emerger esos 'precipicios emocionales', de manera que las 'columnas vertebrales' deben ser, más que nunca, auténticos pilares de resistencia para pasar a la acción. El Ateneo dice en su eslogan: 'Atrévete a pensar'. Si hasta la fecha pensé que el arte suponía una de las mejores armas de conciencia y reflexión para la vida, ahora tengo que considerarlo insuficiente, secundario. Hay que despertar, reaccionar, y para ello, el dolor, la soledad, la injusticia y desigualdad serán los únicos revulsivos capaces de hacerlo. Es una tarea individual, intrínseca a la propia conciencia, reflexión, observación y compromiso por la Humanidad. Nos lo debemos, es un derecho a ganar. Deseo que esta exposición 'COLUMNAS VERTEBRALES & PRECIPICIOS EMOCIONALES' sea un motor-reactor capaz de inducir a las mentes a tomar esta postura, esta iniciativa por cambiar el destino de la Democracia, La Libertad de Expresión y los Derechos Humanos, tan amenazados y en peligro de extinción.