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Soy autodidacta, pinto desde niña. Siempre he sentido la necesidad de expresar mis vivencias, sobre todo, a través del color. Mi mundo pictórico se define por la combinación cromática que empleo, azules, amarillos, rojos, colores fuertes y primarios, matizados en ocasiones por tintas metálicas, oros y platas. Suelo mezclar todo tipo de materiales, óleos, acrílicos, tierras, acuarelas, si bien es con las pinturas acrílicas con las que me encuentro más cómoda.

En mitrayectoria pictórica, dentro de una multiplicidad de influencias, son dos los artistas que más me han marcado: Wassily Kandinsky con su abstracción lírica y sus inaprensibles azules y Maurits Cornelis Escher con sus mundos imposibles plagados de espacios paradójicos. Un ruso y un holandés, la libertad del color y la precisión de las ... formas en la búsqueda de una libertad plástica y formal tan etérea como difícil de conseguir.

El mito del eterno retorno, Uroboros, la serpiente circular, el fluir del tiempo y de la vida, el continuo romper de las olas en la playa, se plasman en mis cuadros, dejando entrever un mundo onírico de elipses y espirales que giran y giran sobre sí mismas, en un vibrante'crescendo' evanescente que nos eleva y nos hace escuchar con los oídos del alma la música de las esferas...

En estas breves palabras sólo he querido expresar mi vivencia de la pintura como un 'continuum' que involucra todo mi ser y me hace vivir en plenitud, aunque sea por unos breves instantes, la armonía que otorga la búsqueda de la belleza.