Descripción de la Exposición
Comisariada por Nekane Aramburu, «Colección permanente» es la mayor reordenación de los fondos de Es Baluard desde la exposición «Implosió». Todas las obras expuestas, hasta un total de 109, marcan un recorrido que, partiendo de lo cronológico, sumergirá a los visitantes en los debates de la modernidad y postmodernidad, del pasado futuro que supone un viaje iniciático a nuevas maneras de entender nuestro presente. Con objeto de completar la revisión planteada de las colecciones del museo, se han incorporado préstamos de obra tanto públicos como privados. La idea patrimonial, de preservar el pasado para propiciar la conservación de los bienes materiales y revisar las diversas historias del arte y transmitirlas a tiempo real, lleva a analizar e investigar en diferentes líneas y corrientes.
CLAVES DE LA EXPOSICIÓN
1. Una mirada al modernismo y el postmodernismo desde las Islas Baleares, con la irrupción de la modernidad a través de los grandes paisajistas y el eje entorno a dos mujeres, madre e hija, Pilar Montaner de Sureda y Pazzis Sureda, en Mallorca, y la fuerza centrípeta de Ibiza para intelectuales y artistas vinculados a posicionamientos críticos frente a la tradición.
2. El postmodernismo instauró en el arte lo interdisciplinar y las corrientes feministas. La historia de «Colección Permanente» toma como eje estos feminismos a partir de ciertas obras que permiten una acupuntura entre tendencias y periodos que buscamos revisar desde nuestra historia próxima.
3. El posicionamiento ideológico, vital y creativo de Marcel Duchamp, TristanTzara y KazimirMalévich.
4. Un diseño espacial y de componentes de tonos monocromos para analizar el espacio expositivo como médium de conocimiento y la función real de los museos hoy.
5. Analizar la relación centro-periferia, proponiendo un nuevo relato desde lo local con dimensiones internacionales.
6. El valor patrimonial de las colecciones y la creación de vínculos entre la iniciativa privada y pública.
Diferentes corrientes desde los años 50 lo han ido desarrollando y analizando. Así, lo postmoderno como término fue utilizado de manera extensiva a partir de la publicación de La condición posmoderna de Jean-François Lyotard en 1979 y sus paradojas se han extendido hasta hoy. De ello, lo que más nos interesa en esta fase de estudio de nuestras colecciones son los análisis respecto a la transdiciplinaridad en el vértice social arte-vida y los feminismos de la diferencia.
Área 1: De lo moderno
El proyecto de la Modernidad fue formulado en el siglo XVIII por los filósofos de la Ilustración. Clement Greenberg, influyente teórico y autor de Modernist painting, remite a Kant como el primer moderno verdadero, aunque cronológicamente la modernidad corresponde a un período entre 1860 y 1930 llegando los síntomas del abandono de este paradigma hasta comienzos de los setenta.
Un período que abarca el momento más activo de la pintora Pilar Montaner (Palma, 1876 – Valldemossa, 1961), hasta 1930, y que llega hasta la muerte de su hija Pazzis Sureda (Palma, 1907 – Génova, Mallorca, 1939), una etapa que corresponde asimismo al surgimiento del turismo en Mallorca.
Área 2: Pretérito perfecto
Las genealogías de las primeras vanguardias implican rupturas y progresos, expandir el límite del cuadro y apropiarse del espacio y de lo real. Marcel Duchamp propagó la idea de dar más valor a la libertad de la inteligencia que a la creación de obras maestras.
La contaminación de formas y procesos venía fraguándose con el futurismo, el dadá y el surrealismo. Un vector de exploraciones que llevará tanto a la abstracción como a toda una serie de corrientes artísticas.
Área 3: Pasado futuro
Tras la Segunda Guerra Mundial, en el Estado español destacan diversos colectivos como Dau al Set en Cataluña, representado aquí por Antoni Tàpies, y El Paso en Madrid, con Manolo Millares en pintura y la figura de Pablo Palazuelo en la escultura de lenguaje geométrico basado en el ritmo, el número, la línea y la energía. Mientras, en Occidente, el movimiento contra la guerra de Vietnam, el Mayo del 68, la reunificación alemana y la desestabilización de la Unión Soviética afectaban a las nuevas generaciones de artistas sumergidos ya en la globalización.
La disolución de las disciplinas, el cuerpo como lugar para las prácticas artísticas y las nuevas estrategias corporales afectan a la mayoría de los nuevos comportamientos creativos. Asimismo, se produce un desplazamiento hacia un arte procesual y la llamada estética relacional.
Sobre las piezas en exposición podemos destacar el uso de las incipientes tecnologías del video, en el caso de Wolf Vostell, centrado en el aparato televisor desde los sesenta, y la extensión de las prácticas performativas, que parten del conceptual llevadas a cabo durante décadas por Esther Ferrer, artista centrada en la reinvidicación del cuerpo de la mujer y el sutil análisis del tiempo. A partir de lo conceptual tambien trabaja Antoni Miralda, uno de los artistas que más se ha rebelado contra los arquetipos museográficos y quien más los utiliza como recurso desde un trabajo visual que parte en gran medida de la obra en proceso, la escultura y el monumento, el espacio público y lo participativo. Los soldados de plástico que empieza a utilizar desde 1967 son aplicados con humor a un réplica de Cupido amenazante de Falconet, donado por el museo del Louvre.
Desde el movimiento de la transvanguardia italiana, con Nino Longobardi, se retoman figuras claves de la historia de la pintura y los mitos en el mismo momento en que destaca, y se extiende con fuerza, la pintura de los neoexpresionistas alemanes.
Algo patente en la eclosión postmoderna de la pintura de los años ochenta queda reflejada en la muestra por cuatro autores vinculados a Mallorca: Miquel Barceló, Miguel Ángel Campano, José María Sicilia y Maria Carbonero. En otra vertiente de la pintura encontramos los códigos, signos y búsquedas personales entre las que destacan, a nivel nacional, Juan Uslé y Pep Girbent, e internacional, Jonathan Meese, Imi Knoebel y Jason Martin, con una reafirmación significativa del lenguaje pictórico y la experimentación en los soportes.
Duchamp, en la conferencia sobre el «acto creativo» de 1957 y su llamada «estética de la recepción» alude a que: «las obras son completadas por el espectador». Las prácticas performativas, la participación colectiva y la creación basada en lo relacional son algunas de las vías desarrolladas por el colectivo Democracia y por Joan Morey, cuyas obras nos manifiestan su interés por planteamientos comprometidos con lo real o con el lenguaje de la representación a partir de generar acontecimientos, mise-en-scènes o intervenciones específicas. La interacción con el público ha sido siempre muy importante en el trabajo de Eulàlia Valldosera: el cuerpo, la autorrepresentación y lo lumínico son elementos que le permiten investigar en aspectos formales de la obra de arte, lo material e inmaterial, algo que tambien inquieta a Toni Catany, cuyas fotografías poseen un vinculo espíritual y místico fuerte. Si Andreas Huyssen hablaba del futuro como una nueva forma de frontera, la fragmentación y multiplicidad—distintivos del postmodernismo— conducen a diferentes estrategias de naturalización del objeto artístico. La obra y evolución de tres mujeres con una trayectoria ya consolidada pero en continuo avance e investigación así lo demuestra. Con un carácter anticipatorio descubriremos tres obras de diferentes periodos de Ana Laura Aláez, Susy Gómez y Amparo Sard.
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