Descripción de la Exposición
Vitamina A explora una diversidad de expresiones artísticas, desde la documentación fotográfica de la vida en un barrio emblemático de la ciudad de Buenos Aires, capturada por Cristóbal Palma, hasta la interpretación pictórica que se nutre de la historia del arte, en el caso de las pinturas intimistas de Pilita García, inspiradas en la icónica obra Red Studio (1911), de Matisse, que forma parte de la colección permanente del MoMa.
Realizadas al óleo húmedo sobre húmedo, las pinturas de García se construyen de manera libre directamente sobre el lienzo a partir de un collage de imágenes digitales. En la composición, cada personaje y su vestuario parecen mimetizarse en entornos saturados de color.
El registro fotográfico de Palma, realizado entre 2019 y 2020, captura la singularidad de Villa 31, un barrio bonaerense reconocido por su ubicación privilegiada y, al mismo tiempo, por su desconexión urbana. Las imágenes resaltan la diversidad y distintas formas de habitar presentes en esta comunidad.
Cada proyecto de Javier Aravena Costa comienza con la exploración de zonas mixtas o cruces entre paisaje natural y urbano. La serie de fotografías analógicas que presenta en esta exposición se centra en detalles de las máquinas barredoras de nieve, resaltando aspectos de su estructura en medio del blanco paisaje que la mirada fugaz tiende a pasar por alto.
En sus acuarelas de formato mínimo, Carmen Carreño Villavicencio plasma imágenes que emanan de la observación del paisaje a través de la ventana de un vehículo en movimiento. Con habilidad y sutileza, la artista se concentra en capturar las atmósferas y entornos que suelen pasar desapercibidos durante un viaje en carretera.
La práctica artística de M. Jacinta Silva Armstrong se enfoca en el ámbito de las emociones y lo afectivo. Temas como el tiempo, la muerte, la fragilidad del momento presente, el habitar y el perderse se manifiestan en sus pinturas. Las obras expuestas en Vitamina A se detienen en elementos del cotidiano que invitan a la compresión de aspectos psicológicos y sociales más amplios.
Bernardita Arís recurre a la experimentación con los materiales y a la luz como medios para generar atmósferas fenomenológicas en sus pinturas. En sus representaciones de espacios arquitectónicos, la artista incorpora elementos fluidos de manera intuitiva, buscando establecer una tensión entre la estructura contenida y la experiencia visceral.
Nora Unda busca evocar la fragilidad de la vida y la influencia humana en su entorno mediante composiciones realizadas en plastilina. Oníricas, coloridas y llenas de simbolismo, sus obras se inspiran en la naturaleza y en los animales. En "El Destierro", por ejemplo, un mandril similar a Kali, la diosa del hinduismo que simboliza el ciclo de la vida y la muerte, es elevado en una flor de loto, liberándose de lo terrenal.
Aune Ainson presenta en esta exposición una serie de dibujos eróticos caracterizados por trazos libres y veloces que transmiten una sensación de agitación y confusión. Las representaciones de cuerpos distorsionados evocan un mapa pulsante de deseos que atraviesan nuestra cotidianidad, capturando simultáneamente la fluidez y la intensidad de la sensualidad humana.
Diego Terán indaga en los efectos de la luz en nuestra percepción del mundo físico mediante la creación de objetos elaborados a partir de chapas de bronce latón, que corta, pule y pliega. Las siluetas planas y refractantes que exhibe en Vitamina A construyen un posible relato sobre la conexión entre nuestros antepasados, el cobre y la cultura visual que ha marcado nuestra historia.
Las pinturas de Cristóbal Anwandter se construyen a partir de la interacción aleatoria de dos procesos esenciales: la repetición de patrones (como códigos de programación y geometrías fractales), construidos de manera mecánica, y su sometimiento a intervenciones, desplazamientos e incisiones de carácter análogo. El resultado es una imagen ambigua que explora los límites entre figura y fondo, soporte y materia, ordenamiento y accidente.
Rodrigo Díaz crea composiciones dinámicas en las que la elección de colores, la disposición de elementos, la manipulación de luz y sombra, así como la relación entre lo que está en primer y segundo plano generan una amplia variedad de efectos ópticos. Muchas de sus imágenes evocan arquitecturas imaginarias que parecen suspenderse frente al espectador.
Finalmente, la muestra incluye piezas geométricas de Sebastián Cobo que se distinguen por la repetición selectiva y aleatoria de movimientos, trazos y patrones. El artista, que trabaja exclusivamente a mano sobre diversos soportes, se destaca por su obsesiva pulcritud en cada uno de sus trabajos.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España