Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- -------------------------------------------------------
Curra Martín es fuerza, color, vida, pasión descontrolada. La modernidad del trazo y la efusividad del color finalizan en el bodegón, tan aparentemente contenido en sus formas. ¿Nos lleva a Gloria? Gloria Martín Azcona es, en cambio, la otra cara del mundo en el que vivimos. Es el intento de contención y el control de la línea dibujando con ésta una ideología y un pasado. Su resultado es una colección de mujeres que abogan por la libertad y que forman parte de nuestra historia. La reflexión en los trazos y la figuración narrativa nos traen personajes con cierto carácter radical. ¿Nos conducen a la mente de Curra? En definitiva, las dos caras de una misma moneda, el ying y el yang, otra de las contradicciones de la vida. Dos partes que se nutren la una de la otra y que intentan encontrarse en algún punto del cosmos pictórico. Carla Fajardo
Así es la dialéctica: Gloria es Curra y no lo es. Gloria es su nombre y Curra su apodo. Gloria realiza sus cuadros figurativos en óleo sobre tela. Son retratos de mujeres de antaño, pintados (o acariciados) con pinceles finos. De ejecución lenta y meditada, se trata de facsímiles, coloreados, de instantáneas de los años treinta-cincuenta de familiares o vecinas de Valladolid, ciudad donde Curra creció. Ella las llama 'Las republicanas' o 'Las fumacas', jóvenes liberadas que 'abrieron camino' en un mundo paternalista y reaccionario. Ahora van a pecho descubierto, porque en un acto de solidaridad materna (y no erótico) con sus heroínas la pintora las ha medio desnudado. Esta Gloria lleva faldas, es más femenina que 'la otra'.
La otra se llama Curra y por preferencia luce vaqueros y camisas de hombre. Sus cuadros semiabstractos aluden libremente a bodegones de hortalizas o frutas mediterráneas. Aquí, el acrílico, que se seca en un instante, es propicio para una factura espontánea, ágil. Con sus pinceles grandes, Curra inventa chispeantes campos energéticos que giran alrededor de masas estables de pulposos tomates, berenjenas o melocotones. Llevan colores miméticos, objetivos; los vórtices son de tonos subjetivos, casi fluorescentes. Al centro de la tormenta hay calma, redondez. Nada negro en estas pinturas alegres.
Una exposición a cuatro manos, pues. Un dúo cantado por una única voz. Curra y Gloria. ¿Cara y cruz?
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España