Descripción de la Exposición
El último episodio de "Colección MACBA. Preludio. Intención poética" invoca al sujeto como agente y protagonista de su propia historia
La última presentación de Preludio. Intención poética, la muestra de la Colección MACBA comisariada por Elvira Dyangani Ose con Antònia Maria Perelló, Claudia Segura Campins y Patricia Sorroche, aborda nuevas narrativas y formas de enunciación, con lo que varían significativamente la estructura de la muestra, que, ya de partida, invitaba a los espectadores a crear su propio recorrido y a conectar con la obra y con su intención poética.
Esta aproximación se sirve, en gran parte, de obras adquiridas en los últimos años que buscan nuevos espacios de convivencia con otras obras de la colección, pero también de obras que entran por primera vez en el museo para apropiárselo, permeabilizando su relato y su tiempo.
Artistas que se incorporan en la colección: Adrián Balseca, Danica Dakic, Younès Rahmoun, Katia Kameli, Ian Hamilton Finlay, Daniel G. Andújar, Antoni Llena, Mireia Sallarès, Sinéad Spelman, Cabello/Carceller, Pepe Espaliú, Miguel Benlloch, Lenora de Barros, Ariadna Guiteras, Ramon Guillén-Balmes, Susy Gómez, Oriol Vilapuig, Eulàlia Valldosera, Lucia Nogueira, Lola Lasurt, Lara Fluxà, Rosemarie Trockel, Oussama Tabti, Carmen Calvo, Ana Prada, Eva Lootz, Charo Pradas, Helena Vinent, Dieter Roth, Eva Fàbregas y Teresa Solar Abboud. Y se presentan otras obras de Dora García, Marcel Broodthaers, Francesc Torres, Joan Brossa, Antoni Tàpies y Lucía C. Pino.
Obedeciendo a la voluntad de desarrollar proyectos específicos que propongan nuevas maneras de ocupar y habitar los espacios del museo, la propuesta de nueva creación de Eva Fàbregas –que parte de Oozing (2023-24), coproducida con la Fundación Botín– se unirá a la instalación Una pared (2022–24), de Luz Broto, obra en proceso, iniciada desde la apertura de la exposición y que, en cierto modo, clausurará la exposición en 2025.
Intención poética, que toma el título del libro homónimo del poeta y filósofo de la Martinica Édouard Glissant, supone un ensayo para deconstruir toda la dramaturgia museográfica y dar centralidad a las obras y a sus modos de experimentar el mundo. Si, como decía Glissant, el poema nunca debe negar el camino del mundo, ¿es posible que un museo abogue por la percepción de las obras en sí mismas, con toda su energía y deseo, con su intención poética?
La nueva presentación de Intención poética muestra más de setenta obras de cerca de treinta artistas y aborda nuevas narrativas y modelos de relación. Algunas piezas revocan el marco habitual del edificio y otras reclaman, de un modo muy físico, la activación por parte del espectador.
¿Cuál es el tiempo del museo? ¿Y de qué manera transitamos por él? Este camino que hacemos por la exposición a lo largo del recorrido que nos revelan las obras nos las muestra como contextos, como grandes narradoras de historias. Si el museo, por regla general, exige la corporalidad del espectador, su disposición física, mucho más que su capacidad perceptiva, este primer ámbito de la exposición nos invita a hacer el gesto de transitar y tomar nuestra propia decisión. Un ámbito que convoca relatos, fabulaciones y este desdoblamiento de lo que se narra que tiene que ver con el tiempo y la ciclicidad del ritual. Explicar lo que se explica, que al mismo tiempo explica a quien lo explica. Se encuentran obras videográficas de Adrián Balseca, Katia Kameli y Danica Dakić, junto con la instalación 77 (2014), de Younès Rahmoun, formada por setenta y siete lámparas que representan las setenta y siete ramas de la fe dentro del islam.
El lenguaje y la poesía comparten un mismo origen: ese lugar de sorpresa desde el que necesitamos dar nombre al mundo. ¿Puede el arte devolvernos la poética de lo infraordinario –de la cotidianidad, lo habitual, lo que pasa casi desapercibido–? Lejos del sincretismo artificioso del lenguaje, este segundo ámbito de la muestra enlaza con un modo de acercarnos al habla desde las entrañas y la víscera, desde la angustia y la fragilidad extrema, desde la muesca diminuta del pigmento y la escultura de celofán, desde el títere, los elementos carnavalescos y la brecha de lo indecible. De forma hermética o, a veces, más abierta, las obras de Marcel Broodthaers, Francesc Torres, Ian Hamilton Finlay, Daniel G. Andújar, Dora García, Oriol Vilapuig, Dieter Roth, Joan Brossa, Oussama Tabti y Antoni Tàpies que encontramos en la muestra trazan líneas de sentido sobre el ejercicio de dar nombre y decir sobre los mutismos asociados a la palabra.
El tercer ámbito de Intención poética abre un diálogo con uno de los pilares sobre los que se sustentó la modernidad: la noción de sujeto. Las obras que articulan este ámbito –de artistas como Antoni Llena, Mireia Sallarès, Sinéad Spelman, Cabello/Carceller, Pepe Espaliú, Miguel Benlloch, Lenora de Barros, Lucía C. Pino, Ariadna Guiteras, Ramon Guillen-Balmes, Susy Gómez, Eulalia Valldosera, Lucia Nogueira, Lola Lasurt, Lara Fluxà, Rosemarie Trockel, Carmen Calvo, Ana Prada, Eva Lootz, Charo Pradas y Helena Vinent– ensayan reformulaciones posibles de la subjetividad con cuerpos que expanden el contrato social proponiendo alteridades interiores, articulaciones múltiples del deseo, organismos absentes, membranas biomórficas. Atenderlas supone un ejercicio de futuro posible que ratifica el lugar transcendental de las llamadas microhistorias –es el caso de Mireia Sallarès– en la formulación del llegar a ser del museo y su diálogo ineludible con una modernidad o modernidades comparadas.
Obedeciendo a la voluntad de desarrollar proyectos específicos que propongan nuevas maneras de ocupar y habitar los espacios del museo, el proyecto Oozing (2023-24), de Eva Fàbregas, coproducido con la Fundación Botín, nos invita a transitar por sus esculturas inflables, que, a través de las formas, volúmenes y escala, son capaces de alterar la percepción de nosotros mismos y del espacio en el que se encuentran.
En la torre del museo se muestra Tunnel Boring Machine (2022), de Teresa Solar, obra que se presentó en 2022 en la 59.ª Bienal de Arte de Venecia, en la exposición The Milk of Dreams, comisariada por Cecilia Alemani, e incorporada en la Colección MACBA ese mismo año gracias a los fondos recaudados en la cuarta edición de Salir del MACBA, organizado por la Fundación MACBA.
La extensión arquitectónica de los pilares de Una pared (2022-24), de Luz Broto, es un gesto que formula la disrupción material de los límites del museo y que está en diálogo con el propio edificio desde el inicio de la exposición, y que finalmente cerrará el acceso habitual a las salas durante dos semanas en enero de 2025, con lo que se propondrá a los visitantes transitar por el edificio de forma diferente.
Exposición. 30 nov de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Guggenheim Bilbao / Bilbao, Vizcaya, España
Paul Pfeiffer. Prólogo de la historia del nacimiento de la libertad
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España