Ester Partegàs vuelve a exponer su obra reciente en la galería Helga de Alvear. Retoma el tema fundamental de sus investigaciones artísticas, la sociedad de consumo y sus deshechos como metáfora política e irónica de la misma. Sin embargo, en esta ocasión, pretende enfatizar un aspecto nuevo: el fracaso.

En sus propias palabras: “No es tanto la basura, el comercio, la dependencia sino cierta imposibilidad de plenitud, de un proyecto limpio como sociedad”

Así, en “Colapso cotidiano” Partegàs habla sobre la tensión, las ataduras, la esclavitud, las dependencias, las relaciones, los colapsos, la sobrecarga, la fragmentación, la rotura, las ataduras, las desconexiones. Para ello ha construido una serie de trabajos inicialmente independientes entre sí que, al agruparse, multiplican sus significados y relaciones. Las propias obras que integran estos significados están, a su vez, hechas a ... base de unir, pegar y relacionar fragmentos o trozos provenientes de distintas fuentes.

“Daily Collapse” es una serie de collages de distintos tamaños en los que unas cadenas unen y conectan entre unas y otras palabras extraídas de revistas y anuncios publicitarios. La cadena aparece como símbolo expresivo en la obra de Ester Partegás con la serie “Barbarians” que presentó en la 2ª Bienal de Moscú y que se refiere a esa esclavitud y dependencia, sirviendo también en este caso, de conexión entre esos términos. Los encadena entre sí y los relaciona.

De entre los collages destaca uno de gran tamaño, “Mandala”, en el que desaparecen las cadenas para ser sustituidas por líneas de color que conectan las palabras recortadas de anuncios y revistas. El título lo pone en relación con los mandalas tibetanos en los que los monjes hacen una representación global de sus vidas. En un sentido similar, la artista recorta estos textos dotados de una cierta carga económica y emocional para poner de manifiesto como estos dos aspectos se relacionan.

Junto con estos trabajos también se expone una serie de esculturas bajo el título “Yes collection”, casi como si se tratara de una marca o una línea comercial de joyería. Sin embargo, el acabado y el hecho de que sean de un tamaño fuera de su escala natural nos lleva a repensarlas, a verlas como objetos de utilidad dudosa y menor sentido. Objetos de deseo que, en definitiva, no sirven para nada.