La opacidad convive con la transparencia, la transparencia con el cedazo traslúcido, el cedazo traslúcido con la fuga, la fuga con el espíritu de la invisibilidad, el espíritu de la invisibilidad con el correo del agua.
¿y dónde está el agua?
El agua que fue pervive ahora en forma de negativo del agua.
Entonces vemos la mano en el agua.
La mano, o las tres manos, o el cienmanos que avanza cargado de color y lo conduce - como un zahorí - hasta el lugar reservado para el desove.
Es ésta también la mano que fue y que ahora pervive en forma de negativo de la mano.
El secadero del lenguaje aumenta la paradoja de la condensación y de la evaporación.
Las preguntas que los ojos formulan, hacia afuera, parecen humedecer de nuevo el cuadro, encharcarlo con respuestas vivificadoras y simultáneamente, hacia
... adentro, el gran sol del ojo, ansioso de gravedad, levanta tejidos de agua e invierte la pregunta.La pintura de Susana Alonso nos convida a la ceremonia arterial del secreto. Y de todo secreto, la pregunta contiene en sí misma la respuesta.
Entrada actualizada el el 26 may de 2016
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