La obra de esta pintora se basa en varios años de trabajo sobre la temática Ciudades, combinado con un arduo estudio de composición, luz y color.

Dentro de las ciudades, estas formas que podrían ser edificios, construcciones, parecen a la vez estáticas y vibrantes, están sobre un espacio mágico que se sella con un color vivo y en enfrentamientos a veces más violentos.

Se habla de un modo simple, y el resultado del tono resulta, del trabajo del color y la luz. La materia que se debe controlar con rigor en las pastas potentes y coloreadas que se aplica sobre la tela con igual intensidad que el color, le da expresividad a la bidimensión, le da movimiento y hace orgánicas y vivas a las formas. Se establece un trayecto entre lo abstracto y lo figurativo . Este apoyo figurativo marca la incursión en el tema y la realidad como una profunda necesidad.

Se ... trata, seguramente, de la misma búsqueda incesante sobre el devenir y la fascinación de la pintura. La creadora nos conmueve con sus descubrimientos y esta emoción extrema, pero contenida, se añade a los que debiera ser solamente una imagen muy bella. Olvidando la anécdota para refugiarse en lo que es, solamente, una pintura que se esconde dentro de colores exaltantes, preserva en la fragilidad de sus búsquedas el objetivo último, que es la revelación del instinto y de la conciencia.

La ausencia casi total de la figura humana da unidad a esta obra de la que, sin embargo, no está excluida la vida, ni el ser humano como idea, simplemente no aparece físicamente pero si ideológicamente. Precisamente esta ausencia añade un sentido trágico a la obra, en donde el progreso y la construcción parecen sustituir, de repente, al hombre.