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Muestra individual de la obra del pintor cubano Luis E. Camejo, tras su participación en la exposición colectiva "Monstruos devoradores de energía" en la Casa de América de Madrid. El que fuera artífice de la imagen de presentación de dicha exposición, muestra ahora su obra más reciente, compuesta por 12 óleos y 11 acuarelas, en las que representa imágenes urbanas ambientadas en La Habana. No son éstas sin embargo meros paisajes urbanos, sino reflexiones sobre la relación entre la ciudad y sus pobladores. Nos encontramos así con figuras multiplicadas, anónimas, reales ... o reflejadas. Sombras que conversan con sus reflejos en la luna de un escaparate o que se detienen a mitad de camino, mientras el resto de la ciudad mantiene su ritmo hacia delante, diluyendo sus contornos en una luz cegadora, que más que mostrar oculta.

Camejo comparte en sus cuadros su visión de lo personal y lo público, la relación dentro-fuera, y los límites que marcan esos ritmos como compases de una partitura. Límites en forma de calles, carreteras, escaparates, cristaleras, cortinas de luz, suelos translúcidos sobre los que las figuras parecen flotar.

Todas estas imágenes contienen la tensión en el movimiento o la ausencia de él. En el instante congelado e incluso en la convivencia de ambas: quietud y aceleración, como si se tratara de un vídeo musical en que el cantante se mantuviera inmóvil entre una multitud que no se detiene a su alrededor. Sus contenidos encuentran correspondencia con la técnica que el artista elige para plasmar su imaginario sobre el lienzo. Técnica que tanto caracteriza su obra, dominada por el goteo, el chorreo de pigmento sobre el cuadro, haciendo que la superficie vibre y multiplique sus capas, como si de una serpiente que muda la piel se tratase.

Pinturas de una riqueza plástica excepcional y la visión del artista cubano sobre el fenómeno de las ciudades y la sociedad postmoderna y globalizada.