Descripción de la Exposición
“Un pasado enchichado, un presente enchichonado, un futuro enchicharronado”.
Tiempo después de “El Bogotazo”, el 5 de noviembre de 1948, el gobierno de Colombia adoptó la Ley 34, que prohibió definitivamente la chicha. Con esta medida ganaron la sociedad capitalina infestada de prejuicios, los políticos corruptos, incapaces de crear infraestructura sanitaria y, la Iglesia católica con su doble moral e indiferencia ante el aniquilamiento de las tradiciones populares; pero sobre todo, resultaron victoriosas las cervecerías emergentes, lideradas por Bavaria, las cuales se adueñaron del mercado, creando un cuestionado monopolio que ha sobrevivido hasta nuestros días.
Sesenta y seis años más tarde, el 3 de octubre de 2014, Héctor Mario Urdinola, alias “Chicho” - y según el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía Nacional - desde la cárcel ordenó asesinar a ocho de sus socios narcotraficantes en un exclusivo sector de la ciudad de Cali. De esta forma, “Chicho“ inició una encarnizada guerra por el control del lucrativo negocio de las drogas sintéticas en el Valle del Cauca.
Estos dos sucesos, amparados bajo la sombrilla de “prohibición”, están unidos por tres constantes históricas que se repiten en nuestro país: el método manual de garaje y casi artesanal, utilizado para la producción de ambos productos; la guerra desatada entre diversos carteles para quedarse con el lucrativo negocio; y la polarización moral, ética, social y económica que trajo consigo la prohibición.
Este deseo incontrolado de acaparar y monopolizar todo, no es un fenómeno nuevo en Colombia. Las mismas dinastías políticas, los grupos económicos y las organizaciones criminales definen su futuro creando carteles de todo tipo, monopolizando mercados y saqueando sin cesar las finanzas públicas. Las élites nacionales han querido coartar todo tipo de competencia leal: mercado justo, talento, y hasta disenso de opinión. Las consecuencias del fracaso del modelo neoliberal colombiano son la impresionante desigualdad de ingresos - una de las más grandes del mundo – y una economía monopolista basada en estructuras débiles, manipulables y mafiosas que funcionan sólo para una minoría.