Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Su comisario explica cómo las fotografías de la exposición son un desarrollo de los conceptos y técnicas en las que Chema Madoz viene trabajando desde los primeros años ochenta y representan una fascinante colección de ideas. Analizando el azaroso mapa de señales que emiten las cosas desde el lugar que ocupan en el mundo, Madoz individualiza y desordena, confronta y manipula, hasta conseguir mostrar un nuevo orden, una cara oculta del sentido, una nueva verdad simbólica que resalta, por impacto, el desorden de la lógica. Las cosas, los objetos, situados en un nuevo lugar, están ante la cámara emitiendo señales diferentes. Convertidos en signos están ahora literalmente hablando. O mejor, son imágenes que están literariamente hablando. Porque partiendo de la estética de la semejanza y la vecindad de referentes, Madoz desplaza el sentido natural de los conceptos a otras comprensiones, explotando al máximo sus capacidades simbólicas, y resolviendo su discurso con figuras y tropos de honda relación con el lenguaje: analogías, metáforas, paradojas o metonimias visuales, que ofrecen al espectador un juego de percepción poética y le exigen una colaboración activa. La obra de Madoz tiene, por tanto, una amplia vecindad literaria. Sus composiciones se acercan al poema minimalista y a la contraposición de imágenes poéticas que produce una explosión metafórica; evocan al Mallarmé de 'Una tirada de dados nunca abolirá el azar', a los Haikus orientales, cuya estructura combina dos imágenes distintas que finalmente se relacionan en el tercer verso, o resultan perfectamente familiares a las greguerías de Ramón Gómez de la Serna: 'La jirafa es un animal alfombrado' o 'Entre los carriles de la vía del tren crecen las flores suicidas' o, quizá mi preferida: 'Si te conoces demasiado a ti mismo dejarás de saludarte'... También hay una línea que conecta la obra de Madoz con los artistas que se expresan a través de la ironía objetual como Marcel Mariën, o el Marcel Broodthaers de 'Casserole et moules fermées'; que el mismo Broodthaers explica de manera tan cercana a la obra de Madoz: 'La brusca salida de los mejillones de la cacerola no sigue las leyes de la ebullición, sigue las leyes del artificio y es resultado de la construcción de una forma abstracta'. También es conocido su encuentro con el poeta visual catalán Joan Brossa con quién colaboró en un libro en común (Fotopoemario) antes de la muerte de éste en 1998. Una fotografía es por naturaleza la captura de un instante efímero. Toda la obra de Chema Madoz tiene esta clara relación con lo efímero. La conjunción lograda no necesita existir ni antes ni después de ser fotografiada. La materialidad de la idea no es el objeto final del trabajo realizado, sino su encuadre; su retrato. Como en la clásica instantánea: su momento exacto. La resolución fotográfica en blanco y negro aporta también una distancia melancólica. La escala de grises convierte a las cosas en sombras que desvanecidas en un mundo irreal se expresan como fantasmas. Conservan su identidad icónica pero están absortas en un metalenvguaje abstracto. Las reconocemos aunque ya no pertenecen a este mundo. Madoz trabaja con las sombras de las cosas y con ello obtiene una elegancia plástica que fusiona toda su obra otorgándole una coherencia formal. Y le permiten realizar un ejercicio quirúrgico de precisión técnica. Sentido y precisión son elementos decisivos en la articulación de una idea. Madoz es un coleccionista de ideas cuyo rastro se puede adivinar perfectamente, observando los extraños objetos desperdigados por su estudio, ahora máquinas solteras. Su sistema de acumulación puede recordar a los gabinetes de curiosidades tan apreciados por los surrealistas; el despacho de André Breton o El Torreón de Gómez de la Serna. Como en las 'Acumulaciones' de Arman, o los objetos cautivos en las cajas de Joseph Cornell, Madoz ha rastreado el mundo en busca de material significante, pero los objetos que encuentra, que ordena y que construye, son sólo los elementos subsidiarios que utiliza para fotografiar una idea. Chema Madoz trabaja en la delicada frontera que existe entre lo real y lo imaginario. En su obra nos propone un desdoblamiento entre lo existente y la alargada sombra de lo posible, un contrapunto entre la esencia de las cosas y sus significados latentes. El poeta Pierre Reverdy, citado por Eduardo Cirlot en su Diccionario de Símbolos, dice: 'La imagen es una creación pura del espíritu. No puede nacer de una comparación, sino de la aproximación de dos realidades alejadas. Cuanto más lejanas y justas sean las relaciones de las dos realidades acercadas, más fuerte será la imagen, y poseerá más potencia emotiva y realidad poética'. Curiosamente, Cirlot trae esta cita para analizar la potencia simbólica de 'Equívoco'. Lo equívoco es lo que contiene intrínsecamente la posibilidad de equivocación, con las consecuencias que implica; la equivocación genera la percepción instantánea de lo correcto. Llama al restablecimiento del orden, del equilibrio. Pero es en sí misma un camino sin retorno; sus efectos permanecen y crean realidad. Crear imágenes equivocadas incluye la necesidad, según Reverdy, de equivocarte correctamente. En este campo juega Chema Madoz, y lo hace utilizando muchos tonos; los que van desde el humor pop hasta la revelación profunda del lenguaje hermético. Este arco, que Madoz expresa con toda naturalidad, tiene también que ver con el propio espíritu de las cosas que también disponen de lenguaje propio. Unas veces los objetos aparecen vinculados a otros objetos a través de las formas y otras veces vinculados a través de conceptos. Una muy importante parte de su obra son esculturas o instalaciones que podrían perfectamente exhibirse en un espacio expositivo en su verdadera condición física. Madoz nos las muestra fotografiadas. Hay muchos artistas que trabajan como en una mesa de ping-pong y juegan a ambos lados sucesivamente, confrontando polos entre iconos de lo prosaico y de la alta cultura. Gran parte del arte actual responde a las palabras de Georges Bataille: 'Está claro que el mundo es pura parodia. Todo lo que vemos en él es la parodia de otra cosa, incluso es la misma cosa con una forma todavía más engañosa', pero solo Madoz lo hace desde un punto de vista estoico; realiza siempre un equilibrado ejercicio de contención. Intenta aparecer lo menos posible en su obra y deja que las cosas, los objetos, hablen por él. Por eso los coloca en un espacio neutro y a la distancia justa. Esta colección de fotografías de Chema Madoz nos propone por tanto un juego de percepción. Las imágenes nos hablan, nos proponen un paseo por el entendimiento. Pero no se trata aquí de descubrir la solución de un jeroglífico. El enigma está resuelto. Era antes de que el artista descubriera su resolución plástica donde se encontraba en potencia el insondable sentido de las cosas que silenciosas y quietas en el lugar que les adjudicamos, se pasan todo el tiempo hablando.
Esta exposición, organizada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, está comisariada por Borja Casani y producida por la Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes. La muestra, que está compuesta por 70 fotografías en blanco y negro, es un desarrollo de los conceptos y técnicas en las que Chema Madoz viene trabajando desde los primeros años ochenta y representa una fascinante colección de ideas, como explica el comisario de la exposición, Borja Casani.
Exposición. 14 nov de 2024 - 08 dic de 2024 / Centro de Creación Contemporánea de Andalucía (C3A) / Córdoba, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España