Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- En su trabajo, Marín ha desarrollado aspectos del arte que históricamente son universales. Partiendo de la figura humana como lenguaje formal, aborda múltiples temas, desde la fragilidad de nuestra existencia hasta la condición del hombre transformador del mundo, sin dejar de lado el valor que la materia tiene para transmitir significado. Cada escultura la construye, conceptual y físicamente, a partir de la combinación de diferentes materiales: desde bronce con resina de poliéster, hasta la resina misma cargada de semillas de amaranto, carne seca, tierra, pétalos de flores o tabaco.
Inicialmente anunciado para mediados de julio fue pospuesto por la complejidad del proceso de instalación, en la fachada del Palacio de Linares y que recuerda a las esculturas de los ídolos que representan a los dioses teotihuacanos del agua, Tlaloc, y su esposa Chalchihuitlicue. Dos estructuras circulares rellenas de cuerpos de 1200 Kg. serán los ojos materializados del dios teotihuacano Tlaloc, elevados en una estructura que cubrirá todo la fachada del edificio. Así es como entiende Javier Marín la mezcla de culturas que, desde el colonialismo español, se ha dado en México. Poco queda de la cultura azteca y tampoco mucho más de la religiosidad cristiana de principios del siglo XX. La expresión individualizada de cada uno de los cuerpos hace que el espectador dude al contemplar el realismo de lo inanimado y crea en la existencia real de los maniquíes.