La exposición de verano de nuestra Sala kubo-kutxa es una invitación a adentrarnos en una atmósfera onírica, a vivir una sensación de ingravidez sacando a la luz la parte más caótica de la vida. Todo ello de la mano de la creatividad y de la fantasía de uno de los artistas imprescindibles del siglo pasado: Marc Chagall (Vitebsk, Bielorrusia 1887-Saint-Paul de Vence, Francia 1985).

Su lugar de nacimiento y la población en la que murió nos ponen sobre la pista de un hombre al que la convulsa historia del siglo XX obligó a llevar una vida de peregrinaje y exilios que puede bien resumirse en una etiqueta: Marc Chagall ha pasado a la historia como un artista francés de origen ruso.

A pesar de ese continuo tránsito al que le obligaron las circunstancias, Chagall siempre se sintió muy ligado a la pequeña aldea ... en la que nació y a sus tradiciones judías, temáticas habituales en su obra. Es, en este sentido, un precursor de una corriente muy actual: artistas locales con proyección global; de otro modo: el valor de las raíces cuando se les ponen alas. Su fuerte arraigo con sus orígenes no le impidió acercarse a diferentes movimientos artísticos aunque, como ocurre con todos los grandes, Chagall desarrolló un estilo propio que hace perfectamente reconocible su obra.

Marc Chagall disfrutó de una larga vida en la que tuvo tiempo y vocación para abordar múltiples disciplinas artísticas. Además de pintor, Chagall fue ilustrador, experimentó con la cerámica, el relieve y los mosaicos. Diseñó la puesta en escena de obras de teatro y ópera, y también vidrieras.

Y esta nueva exposición que organiza la Sala kubo-kutxa en colaboración con el Musée national Marc Chagall, entidad creadora de esta muestra que exhibió en su sede de Nice en 2010, constituye una oportunidad única para acercarse a la obra del artista multidisciplinar que todos coinciden en señalar como uno de los más relevantes del siglo XX. Esta muestra hará posible obtener una visión global de la obra de Chagall, gracias a la generosidad con la que nos han cedido sus obras el Musée national Marc Chagall en Niza, el Musée national d'Art Moderne, el Centre George Pompidou de París y diversos coleccionistas privados.

A todos ellos nuestro reconocimiento, porque es fácil adivinar que la siempre rica oferta cultural del verano guipuzcoano será aún más brillante este 2011 que acoge por primera vez en Donostia una selección de la casi inabarcable obra creadora de Marc Chagall.