Descripción de la Exposición
Ceremonia es una performance artística en la que la música, la interpretación y la pintura se fusionan en una obra conjunta.
El proyecto se compone en esta ocasión de un triángulo de hierro de cinco metros, que albergará en su estructura 13 pinturas y dos carteles de neón, y servirá como fondo de escenario para la performance.
Cristina Martínez Lana, cantante de la banda “El Columpio Asesino” y una de las voces más carismáticas de la escena pop estatal, se sitúa al frente de la performance, representando a la mujer, tanto visual como musicalmente.
El próximo domingo 20 de septiembre, a partir de las 19.00h horas, tendrá lugar en Bilborock, la antigua iglesia del barrio bilbaíno de la Merced, el proyecto del artista navarro Mikel Belascoain, Ceremonia. En la performance participarán Cristina Martínez Lana, componente de la banda “El Columpio Asesino” y el músico Jon Ulecia, que ha compuesto la música del proyecto.
Es la cuarta vez que se desarrolla este proyecto, después de haber pasado por Pamplona, Madrid y Zamora. Cada una de ellas se ha realizado en espacios singulares y muy diferentes entre sí. El Palacio renacentista del Condestable en Pamplona, la antigua fábrica y centro auto-gestionado, Tabacalera en Madrid y La Sala de Cura, un antiguo matadero en Zamora.
Ceremonia propone una fusión entre pintura, música y performance que muta en cada ciudad y que rinde un homenaje a la mujer y al conjunto de rituales de venerar la belleza universal. En palabras del artista Mikel Belascoain, “Ceremonia es una fantasía subjetiva y vitalista que busca poner a la mujer en el centro”.
Belascoain, artista y también fundador de la plataforma online de creatividad y desarrollo Dooarts, considera que “la exposición de las obras es en sí misma parte de los procesos de creación”. El espacio de exposición es para el artista fundamental para el trabajo de creación. De esta forma, él propone un formato de Ceremonia que se adapta a las características de los espacios que lo programan. Cada una de las ciudades constituye en sí misma una obra nueva.
A diferencia de Madrid, donde se expuso un retablo que cubrió uno de los arcos de Tabacalera y de Zamora, donde se hizo una intervención floral en la “Sala de Cura”, para Bilbao se ha creado un triángulo de hierro de cinco metros que albergará en su estructura vertical 13 pinturas y dos carteles de neón. Este triángulo servirá de fondo de escenario para la performance.
Como en las anteriores ocasiones, la cantante Cristina Martínez lucirá un singular vestido de novia creado por la diseñadora donostiarra afincada en Barcelona, Carolina Otaduy. Con todos estos elementos, se rendirá un homenaje simbólico y conceptual a la mujer, con hondas raíces en la cultura popular contemporánea.
En este proyecto la pintura de Belascoain representa a la mujer como motivo central, ya que este artista encuentra en la mujer la manifestación más rotunda de la belleza. Destaca el uso de la luz y los colores, para crear un efecto crepuscular en toda la obra.
El equipo de artistas que colaboran con Mikel Belascoain se amplía y consolida a lo largo del proceso. En esta ocasión se incorpora el músico y productor Daniel Ulecia, que ha producido en especial para la nueva puesta de largo en Bilbao, una introducción musical inspirada en el tema musical “Hiroshima mon Amour” de la banda de post-punk Ultravox.
Ceremonia se presenta deliberadamente con la etiqueta de “arte nuevo”. Con esta clasificación auto-impuesta, ironiza sobre su propia naturaleza y hace un guiño a la inmensa cantidad de clasificaciones y etiquetas existentes en la cultura pop contemporánea. El artista navarro muestra claramente sus influencias de la forma más deliberada posible, haciendo un claro homenaje a la deuda de los artistas con el pasado e ironizando también con la militante búsqueda de lo nuevo en la contemporaneidad. Lo nuevo en la concepción de este proyecto es, básicamente, aquello que ocurre. En esta ocasión las influencias van desde Joy Division, a David Lynch, pasando por bandas como Softcell o Ultravox. También la filosofía vitalista del proyecto tiene profundas raíces en la obra de Nietzsche y Aristóteles.
Otras dimensiones, como el financiamiento, definen también este proyecto y le confieren una naturaleza alternativa. La obra se hace posible a través del emprendimiento del propio artista y el apoyo del empresario zamorano Roberto Carazo. Éste último decidió apoyar el proyecto tras haber sido espectador de la performance realizada en Madrid (Tabacalera). Fue además el promotor de la Ceremonia celebrada en Zamora, su ciudad natal y continúa su apoyo en esta ocasión.
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