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José Mª Castilviejo no es el peintre-graveur convencional, el pintor que a la manera clásica experimenta en el grabado en algún momento, pero casi siempre como una actividad secundaria o marginal. Durante los últimos años de su vida y hasta su muerte, Castilviejo es prácticamente grabador a secas, pues esos últimos años marcan el apogeo de su adición a las técnicas calcográficas, las más utilizadas en el conjunto de su obra. Se siente seducido por las emociones del grabador ante las incidencias del mordido de la plancha por el ácido nítrico con las mágicas sorpresas, las exaltaciones ... y decepciones a que se expone hasta que se ha estampado el grabado, y que se olvidan para pensar en otro.

Para sus grabados utiliza planchas de zinc tratadas al aguafuerte preferentemente, además de algunas manifestaciones de punta seca, y aparte de algunas zonas tratadas con aguatinta. Ambas son técnicas complementarias que se sirven de la punta, tanto de forma indirecta sobre el barniz o incidiendo directamente sobre la plancha. Las técnicas calcográficas son las más utilizadas en el conjunto de su obra y ha elegido el procedimiento más clásico y elemental porque en este arte existe una íntima relación entre la técnica y la obra y el aguafuerte le ofrece la mayor libertad para experimentar con ella e investigar en los logros plásticos de la técnica desde el virtuosismo del dibujo.

La habilidad de Castilviejo le ha permitido con sencillos trazos captar las luces y contraponer actitudes que son clave en la fuerza de la imagen… Las estampas también reproducen, con mayor o menor simplificación, algunos de los cuadros del artista. La Torre del reloj (Peñafiel) tiene su versión pintada en 1969, además de la estampa. La Vieja con pañuelo a la cabeza es la misma figura invertida del cuadro pintado en los años 1970, titulado Vieja cosiendo. La Barredora 1 es la misma que aparece vestida de negro a la izquierda del cuadro, en posición invertida, en Barriendo la era, pintado en 1973. En este mismo cuadro, a la derecha, pintada en blanco está la figura Barredora 2. El Encierro tiene su equivalente en el óleo titulado Toros en Campo, de 1980. El Segador es el mismo del cuadro Campesino recogiendo la mies, pintado en 1982, y una variante del mismo tema es el grabado de los Segadores. El Almuerzo reproduce una pintura realizada en 1983. El personaje central del gran cuadro Hombres del Cerrato, de 1987, lo destaca como Retrato en un grabado. El Palomar grande es igual que una acuarela de 1997. En otra composición grabada, ha extraído la figura del padre de la Familia de Tierra de Alba, de 1994, que aparece en posición invertida por haberlo copiado del original pintado en el Sanabrés. La Vendimiadora es igual que el estudio al óleo de 2001. Hombre con bota, es la misma composición realizada al óleo en 2002, titulada El Trago.

Los grabados de Castilviejo, cuya producción se muestra aquí reunida en la colección de 66 estampas, son, por calidad y cantidad, parte consustancial de su obra total y es en el grabado donde el artista presenta un estilo más unitario. Las íntimas correlaciones entre pinturas, dibujos y grabados son evidentes, aunque sin olvidar que el grabado en Castilviejo gozó en sus últimos momentos de una real autonomía y contemplando sus grabados nos adentramos en el corazón de su obra artística.