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Desde el final de la Guerra Fría, la frenética aceleración de la economía global, no ha hecho más que acentuar la enorme distancia que ya existía entre países pobres y ricos. Producto de ello son los flujos migratorios que requieren una reestructuración social y cultural urgente que reconsidere conceptos como identidad, cultura local o memoria colectiva.

En las últimas décadas Europa a sufrido profundas transformaciones basadas en la unificación del continente, por lo que ha tenido que enfrentarse al choque de culturas locales pujando por mantener su espacio a la vez que no perder su propia esencia histórica y cultural y por no ser aplastadas por esta entelequia que es la cultura y la economía global.

El mal llamado Tercer Mundo, cada vez más endeudado y bajo presión de una Norteamérica cada vez más autoritaria y siempre poderosa, es el depositario de los golpes del desequilibrio imperante, lo cual hace ... casi imposible el verdadero desarrollo de aquellos países que no consiguen "levantar cabeza".

Los hechos ocurridos en noviembre de 2001 en Argentina corresponde a uno de estos casos. La crisis, que produjo el índice de pobreza más alto de su historia, casi seis años después, ha hecho que convivan en un mismo espacio los protagonistas de la indigencia, los reactivados movimientos de solidaridad social, con los "shoppings" del hiperconsumo y las macroestructuras de la economía ³global². Una sociedad desasosegada por la inseguridad ciudadana, deambula entre la frágil confianza en sus gobernantes y la más profunda desconfianza en el futuro.

Son las ciudades (en nuestro caso la enorme y cosmopolita Buenos Aires) las que reflejan con más claridad lo que sucede, mostrando nuevos paisajes que desafían cualquier imaginario de uno y otro lado del océano.

Nuevas arquitecturas tranportables como los carros de recolección o las increíbles estructuras de las pateras móviles, junto a esa imagen de la desmemoria cultural representada por barrios donde la identidad está subvertida hacia la imposición de una inmigración que busca con nostalgia la imagen de su pasado, son entre muchos otros el resultado de estos procesos.

Desde Barcelona, ciudad transformada como nunca por el gran flujo inmigratorio, podremos observar a través de las imágenes de esta primera edición de Adaptaciones Urbanas (la tercera desde sus inicios en su ciudad de origen) el profundo impacto que estos hechos produce en artistas inmersas en su ciudad y en el compromiso.