Descripción de la Exposición
A finales del siglo XIX comenzaron a diluirse las fronteras y la preeminencia entre las distintas disciplinas artísticas. Así, las artes gráficas pasaron a ser objeto de gran interés y experimentación por parte de relevantes pintores, lo que ayudó al reconocimiento como artistas de ilustradores y cartelistas profesionales. Asimismo, las mejoras e innovaciones en las técnicas de impresión y estampación, con procedimientos de reproducción cada vez más rápidos y de mayor calidad, y la generalización de la publicidad como parte sustancial de la actividad económica, social y cultural rompieron definitivamente los límites que la ilustración gráfica había conocido hasta entonces, dentro de libros y publicaciones periódicas, para colonizar en forma de atractivos carteles publicitarios las calles de las ciudades, a modo de espectaculares galerías de arte.
Con la irrupción de las vanguardias históricas en las primeras décadas del siglo XX, que se desligan de los conceptos artísticos tradicionales, y gracias al desarrollo de la sociedad de consumo, el cartel se consolidó como un transformador medio de comunicación de masas, a cuya experimentación técnica y temática se dedicaron puntualmente numerosos creadores de diversos campos artísticos.
Atraídos por sus posibilidades expresivas, su gran poder de persuasión y su impacto visual, muchos de los grandes maestros internacionales pusieron su inventiva y su obra al servicio de la difusión publicitaria y la propaganda de ideas, ya fuera de manera ocasional o continuada, para anunciar eventos y productos de todo tipo mediante mensajes culturales, lúdicos, comerciales e ideológicos, en su caso. Y encontraron también, gracias a esos mismos carteles, una forma de difundir y popularizar su lenguaje pictórico, con dimensión planetaria en algunos casos.
El significativo conjunto de carteles de artista de la colección Joseluis Rupérez, que hemos reunido en esta exposición, documenta en parte los orígenes y la presencia de unos lenguajes artísticos en el cartel moderno. Ante todo, muestra la fascinación que ha ejercido sobre destacados protagonistas del arte contemporáneo, confirmándolo como un soporte gráfico de comunicación que, liberado en gran medida de su obligación comercial, sigue brillando dentro de la actual cultura visual.