En determinadas ocasiones es de agradecer que el artista pinte sin complejidades, para deleite visual y gusto ornamental. Simplicidad y naturalidad para que nuestras mentes olviden los ajetreos cotidianos.

Carmen Selves presenta hasta finales de este mes de junio en la Galeria Esart de Barcelona sus Panoràmiques de les Rambles, un conjunto de piezas donde la cosmopolita vía barcelonesa sirve de modelo a una artista, cuya obra puede calificarse de primera vista: sencilla, plana, sin segundas o terceras lecturas. Muy descriptiva, con una gama cromática vistosa y alegre, un juego lumínico muy mediterráneo -es obvio que Barcelona mira a este mar, pero la densidad e intensidad de esta particular luminosidad, sólo se percibe en parajes bañados por el Mare Nostrum, y en cada lugar, cada artista lo percibe y expresa de forma muy distinta. Gran corrección en la estructura, pincelada ... pulcra, precisa y meticulosa y en algunas obras, un muy interesante uso de la perspectiva.

Selves pinta unas Ramblas cuasi idílicas, pues a pesar de haber figuración, no es, ni mucho menos, la masa de gente a que estamos acostumbrados, cuando uno debe realizar alguna gestión o simplemente dar un paseo. No importa, cada artista es cronista de una realidad muy particular que el espectador contempla e interpreta bajo el prisma de su sensibilidad, los sentimientos y la emoción desarrollada según el carácter de cada uno.

La crónica singular de Carmen Selves, ofrece una visión muy equilibrada y llana, y como antes se ha mencionado, muy ilustrativa, pues su deformación profesional como ilustradora informática para libros de cuentos infantiles, la plasma en su obra, principalmente al óleo, dando como resultado una pintura muy decorativa, de agradable visión que llena paredes y colma hogares, para disfrute de todos.