Descripción de la Exposición
Carmen Calvo (Valencia, 1950)
Titulada en Publicidad por la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Valencia, cursó estudios de Bellas Artes en la Real Academia de San Carlos de Valencia.
Ha obtenido numerosas becas y premios, entre otros el Premio Nacional de Artes Plásticas otorgado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (2013), y su presencia en convocatorias artísticas internacionales ha sido permanente, siendo una de las artistas españolas de mayor prestigio internacional.
Desde los años ochenta, en que participa en New Images from Spain (1980, The Solomon R. Guggenheim Museum), su obra ha estado presente en relevantes muestras que han difundido el arte español, destacando su presencia, junto a Joan Brossa, en la XLVII Bienal de Venecia de 1997.
Además de su dedicación a la pintura, en un territorio que podemos calificar de «híbrido» y muy singular en la escena artística internacional, destaca por su trabajo en la realización de intervenciones, en algunos casos con carácter permanente, en edificios públicos.
En 2002 el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía le dedicó una exposición en el Palacio de Velázquez. Entre sus últimas exposiciones (2013-2018): Fundación Antonio Pérez (Cuenca); Centro de Arte Tomás y Valiente-CEART (Fuenlabrada, Madrid); Galería Fernández-Braso (Madrid); Galería Alejandro Sales (Barcelona); Galería Rafael Ortiz (Sevilla); CFC Bilbao; Galería Art Lounge (Lisboa); Galerie Thessa Herold (Paris); Guy Bärtschi Gallery (Ginebra); Mario Mauroner (Viena); Tiempos Modernos (Madrid); Museo Cerralbo-Photespaña (Madrid) o Galería Altxerri (Donostia/San Sebastián). Una amplia retrospectiva de su obra se mostró en 2016-2017 en la Sala Alcalá 31, de la Comunidad de Madrid. Nombrada Académica de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, su obra forma parte de las colecciones de los más prestigiosos museos y colecciones.
La exposición
Esta muestra permite conocer de primera mano las distintas etapas creativas de Carmen Calvo. La selección de obras, realizada por el comisario Alfonso de la Torre y la propia artista, nos sumerge en el particular universo de esta artista conceptual, que, con su manera de hacer, ha sido entendida también por el gran público, que de una manera natural conecta con su mensaje comprometido y a menudo emotivo, a pesar de su indudable complejidad.
La exposición no se organiza cronológicamente, sino estableciendo un juego de afinidades, en grandes salas que permiten ver con facilidad el conjunto, y discurrir después en un orden libre, a la medida de cada visitante. Esta manera de disponer las piezas provoca encuentros de obras de distintas épocas o realizados con diversas técnicas, que revelan la enorme coherencia del trabajo de Carmen Calvo. Adición, collage, suma, intervención, objeto, son palabras que definen su trabajo, y que están presentes en cada una de las obras de esta exposición.
Además de su dedicación al dibujo y la pintura, es novedosa en sus procedimientos y en la elección de materiales: en los años 70 trabaja frecuentemente con barro (reflejo de su interés por la arqueología y de su trabajo años atrás en una fábrica de cerámica), a partir de finales de la década de los noventa, empieza a introducir objetos encontrados (le interesa la idea, ya defendida desde el surrealismo, de que la elección de un objeto ya es un acto creativo) y fotografías en sus composiciones sobre lienzo o caucho, y crea escenografías a base de instalaciones.
Recopilaciones y Paisajes, fue capital en el comienzo del reconocimiento de su quehacer, pues se mostraron en la exposición New Images from Spain, ya histórica, celebrada en Nueva York en 1980 en el Solomon R. Guggenheim Museum. Esa exposición, comisariada por Margit Rowell, supuso el primer reconocimiento internacional de la obra de Calvo, quedando una de las obras en la colección de dicho museo norteamericano. Son obras construidas pacientemente por la artista con arcilla, luego pintadas y montadas sobre el tejido, sujetas en el mismo mediante hilo de empalomar.
Cabe destacar las dos piezas presentadas a la 47 Bienal de Venecia en representación de España, presentes en esta exposición: veintiuna grandes obras sobre pizarra, propiedad del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía), y la impresionante obra Una conversación —un gran cubo de 4 x 4 x 4 m., situado en el centro de la sala principal, y repleto de cientos de objetos—, reproducida íntegramente aquí. Solo con mirarla podemos imaginar el enorme esfuerzo físico de esta artista para concebir estas dos piezas casi monumentales, desde la soledad de su estudio.
Esta exposición nos brinda la oportunidad de bucear en un mundo a veces aparentemente imaginario, pero lleno de realidad y compromiso, con el origen —son manifiestas las referencias materiales y estéticas a su Valencia natal en las obras de los años 70, sobre todo—, con la mujer —presente de manera implícita o explícita en muchas de sus obras, como objeto y como sujeto—, o con la sociedad —ya que se aventura a reivindicar o poner de manifiesto situaciones o convenciones, que deben ser puestas en tela de juicio—.
Vemos también otras obras que incluyen objetos, singulares arqueologías, sobre mesas o dentro de armarios. Pequeños mundos, cargados de símbolos que hay que descifrar.
Sobre las imágenes fotográficas, por ella halladas y manipuladas, adiciona pintura, objetos o restos varios, e invita a la construcción de un cierto conocimiento.
Son reveladores los títulos que pone a sus obras, que muestran su habilidad y gusto por el lenguaje. A Carmen Calvo le gusta leer, la palabra, y en la lectura dice encontrar las ideas que le cuesta expresar. Por eso la visita a la exposición es rica en matices y sugerencias, tanto a través de lo que vemos como de lo que leemos.
La muestra se completa con un texto de mano y 3 vídeos que pueden visionarse en la sala audiovisual, de acceso libre desde la sala durante el horario de apertura de la exposición.