... "El arte maduro y sobrio de Carme Vidal aspira a esa disciplinada astucia de eliminaciones. Eludir para mejor significar una eclosión formal que necesita bien poco de la ostentación técnica y aún menos de la facilidad explícita de una actividad plenamente consolidada en el ámbito del arte de hoy desde hace años.

Nuestra artista ha aprendido, tal vez como pocos lo han hecho en nuestro difuso y opaco panorama finisecular, con los niveles de excelencia local que cada uno considere oportunos, que en la actualidad se dan a duras penas dos tipos de reacciones estéticas a los que el artista pretende remitirnos. Una nos señala la obra de arte convertida en la evocación de un precedente manifiesto o larvado; la otra que fantasea un simple objeto real - hecho en el mundo del arte, que no es el de ... la naturaleza - y que ambiciona suplantar o sobreponerse a aquel.

Cuando finalmente un sistema de organización visual acaba por imponerse - tenemos el brillante modelo de esas sobrias tintas sobre papel - viene a demostrar no solamente el vigor y la madurez de la construcción, sino también su sensibilidad para mostrar las urgencias comunicativas de un viejo modo expresivo -la pintura- que quiere ser de muchos. De todos aquellos capaces de acompañar sin descorazonamiento a la artista en esta "route que finit en sentier", para retomar la bella imagen de René Char.

Juego de complicidades en un complicado entramado formal. Pero, ¿únicamente formal?...