Descripción de la Exposición
CARLOS SANZ
Del 21 de octubre de 2022 al 22 de enero de 2023
Comisario: Mikel Lertxundi
Esta exposición y su catálogo son el resultado de un proyecto de investigación y recuperación de la obra de Carlos Sanz, llevado a cabo conjuntamente por Kutxa Fundazioa y Gordailua, de la Diputación Foral de Gipuzkoa, tras la donación a esta última del archivo y de una notable cantidad de piezas del artista por la familia del artista en 2021.
Tras el análisis de todo este material y de otros custodiados en diversos fondos institucionales y privados, el comisario, Mikel Lertxundi Galiana, nos propone una selección de unas 130 piezas realizadas entre 1963 y 1986, que conforman un recorrido cronológico por la corta pero prolífica trayectoria de Carlos Sanz, y que vienen acompañadas de material documental inédito.
A pesar de que su obra es conocida y valorada en el medio artístico, es una figura que ha permanecido en la sombra para el gran público durante 25 años. Esta es una ocasión para acercarse a este magnífico artista, que, de no ser por sus circunstancias, sin duda habría alcanzado otra posición en el panorama del arte más allá de lo local. A la vista queda la calidad de sus dibujos y de sus pinturas, y su apasionada participación en algunas de las iniciativas culturales más relevantes del País Vasco en los años 60-70.
La exposición se articula en 3 espacios, que ordenan sus obras cronológicamente, para ayudar a comprender la evolución de su producción. De ahí que veamos juntos óleos y dibujos, que el comisario ha querido mostrar simultáneamente para mostrar la convivencia de técnicas:
Del exterior al interior
Tras unos años iniciales de formación artística, Carlos Sanz inicia sus estudios de Derecho en 1960. En ese momento deja momentáneamente de pintar, pero no deja de dibujar. Hace dibujos críticos, irónicos, satíricos y macabros, aunque, derivados de su propia vivencia, los hay también más íntimos. En ellos aborda la opresión política, religiosa, social y racial, la connivencia entre el régimen franquista y la Iglesia, la desesperanza de las clases humildes, y la represión sexual, además de otras visiones burlonas de un costumbrismo cotidiano. En 1966 y 1967 realiza también una serie que denuncia la guerra de Vietnam.
Regresa a la pintura en 1964, para centrarse inicialmente en experimentos técnicos y formales que le acercan al informalismo y a una figuración expresionista. Es una producción centrada en destacar sus calidades matéricas: aplica enérgicos empastes, retira y araña la pintura en fresco, dibuja mediante goteo con una línea de ancho discontinuo, concede, en definitiva, un considerable protagonismo a la gestualidad como medio para reflejar una violencia más visceral que la implícita en su obra posterior.
Junto a la cualidad sangrienta que desarrolla en muchos de sus óleos de la segunda mitad de la década, empiezan a aparecer algunos elementos que serán recurrentes en su universo, como puertas, ventanas, marcos y camas. Esta última, mostrada a veces también como parihuela o camastro, remite simbólicamente a la reclusión yacente a la que su enfermedad le obligaba durante largos periodos.
El interior
En el gran espacio central se levanta un habitáculo que nos recuerda a los espacios que Carlos Sanz empieza a trazar en sus obras a partir de 1968 y hasta el fin de su vida.
Encontramos aquí sus pinturas más conocidas, en las que podemos encontrar a menudo una composición a base de elementos verticales y horizontales que ordenan un espacio abstracto en el que aparece un elemento orgánico, un homúnculo. Este ente puede ser interpretado de diversas formas: como un alter ego del artista, que vive con el drama de la enfermedad, o una representación simbólica de la putrefacción de un mundo que está en descomposición.
Cuando va a cambiar la década, su paleta se aclara. Desde 1972 el factor espacial es más acusado, y se percibe una tensión entre la perfecta definición espacial y la indefinición de los bultos que los habitan. Los valores táctiles de años anteriores (empastes y la adición de cuerdas, arena o papeles) se reducen, y realiza una pintura más diluida, aunque mantiene la gestualidad expresionista para los elementos orgánicos.
Aparecen entonces círculos y óvalos con intención de focalizar la mirada del espectador.
Ese espacio se amplía aún más a finales de la década de los años setenta y durante los ochenta. Esa expansión del escenario hace más patente el silencio que envuelve sus composiciones y acrecienta la sensación de incertidumbre, al dejar a sus protagonistas reducidos a un revoltijo de ropajes y vísceras en un decorado inalterado.
Collage, poesía y espíritu colectivo
Esta sala recoge la dedicación de Sanz al collage y a otros ámbitos artísticos y culturales que demuestran su amplitud de intereses (con una muestra de su faceta literaria), así como su implicación en diversas experiencias que deseaban aportar al arte una dimensión social y colectiva (grupo GAUR, Estampa Popular de Guipúzcoa, grupo Korain).
Exposición. 31 oct de 2024 - 09 feb de 2025 / Artium - Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo / Vitoria-Gasteiz, Álava, España