Descripción de la Exposición
Para la NOCHE BLANCA en la GALERÍA GUILLERMINA CAICOYA, CARLOS CORONAS realizará unas instalaciones de luz basadas en la serie LAMPYRIDAE en la que viene trabajando desde 2010.
LAMPYRIDAE
La obra artística de Carlos Coronas ha experimentado una evolución que va desde la preocupación formal, por los elementos visuales y compositivos del arte, es decir por su apariencia y por su juego de apariencias, a una preocupación que podríamos denominar "material", por el sentido y el significado de su obra. Esta evolución parte de un interés inicial, de carácter "formalista", por la interacción sobre el lienzo de sus elementos constructivos y compositivos. Porque lo cierto es que Carlos Coronas se introdujo en el mundo del arte a través de la pintura. Y, aunque no lo parezca al contemplar sus grandes instalaciones luminosas, esa preocupación todavía sigue acompañándole.
Interesado en ese tipo de creación que dio en llamarse "abstracción postpictórica", en la que coincide con muchos artistas de su generación, Coronas se orientó rápidamente hacia un tipo de creación experimental, en la que la pintura se exploraba por otros medios no necesariamente pictóricos. Es decir, se rompía con la estructura tradicional del lienzo y del bastidor, así como con los pigmentos (el óleo, el acrílico, etc.), para explorar las posibilidades expresivas de la yuxtaposición de elementos plásticos, adheridos directamente a la pared. Coronas jugaba así con la estructura del marco, deconstruyendo su disposición y formando con ella esculturas vagamente pictóricas. Casi inmediatamente después empezó a experimentar con esas estructuras compositivas en madera -herencia del marco abierto y roto, o del bastidor descompuesto y estilizado-, combinándolas con trazos semejantes, dibujados con luces de neón. Pero al introducir el neón en su trabajo, la inicial preocupación formal por la mera disposición de elementos compositivos, con los que poder recrear la idea de la pintura sin pintura, empezó a su vez a transformarse en una preocupación material por las propiedades de la luz. Pues con ello introducía de hecho en su obra la interacción de dos tipos completamente diferentes de color: el color luz y el color pigmento.
Ello no quiere decir que ahora pretenda reivindicar una especie de metafísica de la luz, que vuelva a invocar sus valores sagrados, místicos o religiosos. Sin duda su preocupación pasa por explorar algunos de los elementos tradicionalmente vinculados con la idea de la luz, y en particular el relacionado con el esplendor, con la gracia y con la belleza. Pero Carlos Coronas, heredero también de la crítica constructivista de esta tradición y continuador de las experiencias de Moholy-Nagy con la luz, no se deja tampoco arrebatar por esta vertiente simbolista o mitológica, sino que trata de acercarse más bien a lo que podríamos denominar una explicación material de la belleza.
Ello no quiere decir que ahora pretenda reivindicar una especie de metafísica de la luz, que vuelva a invocar sus valores sagrados, místicos o religiosos. Sin duda su preocupación pasa por explorar algunos de los elementos tradicionalmente vinculados con la idea de la luz, y en particular el relacionado con el esplendor, con la gracia y con la belleza. Pero Carlos Coronas, heredero también de la crítica constructivista de esta tradición y continuador de las experiencias de Moholy-Nagy con la luz, no se deja tampoco arrebatar por esta vertiente simbolista o mitológica, sino que trata de acercarse más bien a lo que podríamos denominar una explicación material de la belleza.
Así, desde 2007, cuando presentó su instalación Nowhere en el Centro de Arte Laboral de Gijón, ya apuntaba al respecto que lo que más le interesaba era, por un lado, explorar la relación que su propio trabajo mantenía con la idea de belleza, a la vez que investigar los mecanismos de seducción de la estrategia publicitaria, que utiliza de un modo semejante los tubos de neón, las imágenes, las luces y los colores, como reclamo publicitario.
Así también se acerca ahora esta nueva exposición, titulada Lampyridae, al mismo problema. Pero ahora su preocupación se desplaza hacia la seducción luminosa que ejercen las luciérnagas. Seducción que no constituye al parecer sino una estrategia animal de seducción sexual. A Carlos Coronas le interesa la analogía que este tipo de seducción animal mantiene con la seducción de los letreros publicitarios luminosos, y en último término con sus propios aparatos y estrategias de seducción y de belleza. ¿Cómo seduce y cómo nos fascina una estructura poligonal irregular, rematada con luces de neón? ¿Cuáles son las armas de la luz?
La preocupación por tanto acerca de la seducción que ejerce la belleza, se convierte entonces en una cuestión técnica, a la vez que en una investigación de etología animal. Por eso, al igual que un organismo vivo, Carlos Coronas ha tratado de dar a sus esculturas inertes no sólo la potencia seductora de la luz, sino incluso una cierta respiración, un ánimo (un alma), como si se tratase verdaderamente de un ser vivo, a través de una secuencia de intensidad lumínica rítmica regulada, que pareciera simular la respiración de un organismo vivo.
Exposición. 26 nov de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España