Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Si uno busca el origen etimológico de la palabra 'Capriccio', procedente del italiano, va a encontrar diferentes definiciones. Por ejemplo, que procede de la palabra 'capra' (cabra), animal de movimientos imprevisibles y bruscos. Pero también hay quien defiende, como en el caso del teórico francés de la literatura, Gérard Genette en su libro 'Bardabrac' (París 2006), rechazando lo anterior, la teoría de que proviene de la palabra 'capo', de cabeza, y de 'riccio', adjetivo que en italiano significa erizado. Analizando rápidamente estas teorías, podríamos deducir que, al fin y al cabo, no hay muchas diferencias en el significado final que uno puede darle, más aún si tenemos en cuenta lo que significan expresiones como 'estás tan loco como una cabra'. Podríamos entender que un capricho es una reacción o elección poco razonable, visceral, hecha con el corazón. No sé por qué, pero siempre he preferido rodearme de personas tocadas por cierta 'locura', y debe ser por eso que he llegado a trabajar en el mundo del arte. Imagino porque, entre muchas otras cosas, estar un poco loco significa ser, o intentarlo al menos, más libre. Y en el mundo del arte hay una búsqueda importante de libertad. Pienso que quedará más claro lo que quiero decir si utilizo este fragmento del libro 'En el camino', de Jack Kerouac, que Mireia Guillaumes, crítica de arte, incluyó en un texto para un catálogo sobre mi obra escultórica, y que dice lo siguiente: 'La única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de los lugares comunes, sino que quema, quema como fabulosos cohetes amarillos explotando como arañas entre las estrellas.' Seguramente muchos de aquellos que vieron por primera vez las obras de la serie 'Capriccio', que Alfred Lichter (Alemania, 1917) mostró en la exposición bajo el mismo título y organizada por Addaya Centre d´Art Contemporani, presentada en la sala de exposiciones del Gran Hotel Sóller el 2006, no hicieron mucho caso a aquello que Lichter había descubierto y nos planteaba. Tampoco se podían imaginar lo que el artista sentía creando y observando esos primeros 'Capriccio', obras de pequeño formato sobre telas recuperadas, trozos de sábanas, trapos, etc... Ya hace algunos años que conocí a Alfred Lichter, una persona serena, y que por su edad y experiencia sobre la vida, podría definir como sabia. Pero Lichter es un artista, y por lo tanto también con una parte de locura como de la que os hablaba antes. Con él he mantenido una buena relación, cosa que me ha dado la oportunidad de visitar su taller tantas veces, de curiosear en su almacén, sus estanterías, llenas de obras de todas las diferentes series en que ha trabajado, de hojear sus catálogos, de conversar, de analizar y comentar conjuntamente obras recientemente acabadas o incluso en proceso. Todo eso nos ha dado la oportunidad de colaborar en numerosas ocasiones. He organizado exposiciones de Lichter en varios espacios, tanto públicos como privados, por lo que podría presumir de conocer bien su obra y trayectoria más reciente. Lo que tengo bien claro, es que Alfred Lichter ha sido siempre libre, ha pintado lo que su cuerpo y mente le han pedido en cada momento, y ha disfrutado al máximo del hecho creativo. Pero en el hecho creativo, si el artista tiene un compromiso que va más allá de la diversión, si quiere aportar alguna cosa al mundo del arte, puedo aseguraros que también hay una parte muy dura, de cierto sufrimiento. Ante la búsqueda de una obra personal que aporte nuevos significados, con la experimentación con nuevas técnicas, con la mezcla de otros utilizados anteriormente o con la utilización de materiales en principio poco idóneos, materiales industriales o pobres, el artista puede tantear y encontrar nuevos caminos, caminos en los que se puede mover con libertad, dejándose llevar por esa 'locura', de la que antes hablaba, por la subida de adrenalina que provoca sentir que parte de ti está en las obras que creas, que te estás acercando a aquello que buscabas: la fórmula para transmitir emociones. 'Capriccio'. Si buscamos el significado que en el arte se da a esta palabra, encontraremos cosas como 'obra de arte que mediante el ingenio y la fantasía rompe con los modelos acostumbrados' o 'obra de arte fantástica y ingeniosa'. Desde que Alfred creó la primera serie de pequeños 'Capriccio', completamente abstractos, supo cual era su camino, y hasta el día de hoy sigue moviéndose con tanta libertad como la que podemos sentir si observamos estas obras, sean pinturas o esculturas. Porque Alfred no se ha limitado a experimentar sólo con nuevas formas de pintar, como un capricho más. El artista ha visto que había un nuevo camino a seguir, un nuevo terreno por explorar y, una vez encontrado el material idóneo para desarrollar sus 'Capriccio' en tres dimensiones, se ha entregado con tanta pasión, con tanta energía, que ha creado un buen número de esculturas y relieves, desde pequeños formatos a otros de grandes dimensiones. El poliuretano expansivo, un material industrial poco utilizado en la creación escultórica, ha dado la oportunidad a Lichter de realizar unas esculturas de formas y volúmenes totalmente libres, que nos pueden recordar rocas, meteoritos o nada en concreto. Desde el principio a la finalización de su construcción, al igual que en las pinturas de la serie 'Capriccio', en el resultado final, la técnica utilizada tiene tanto que decir como la voluntad del artista. Esculturas, de formas extrañas, llenas de abolladuras y agujeros, han sido pintadas por Lichter con unos colores vivos y monocromos, que pueden ir del rosa más chillón al blanco o negro, con colores metalizados, plateados, azules y dorados, con pinturas y barnices de automóvil, que les dan una presencia única, de cierta forma extravagante. En la búsqueda de nuevos acabados, algunas de las esculturas se han fundido en 'bronce blanco' y se han presentado pulidas y en el color dorado original de este material noble. Cosa que tal vez da nuevos valores a estas obras, pero no nuevos significados, ya que para nada tenemos que valorar una obra de arte, al menos según mi criterio o pensamiento, a partir del material en que ha sido creada y se presenta, sino que, lo que tenemos que valorar y saber apreciar, es la magnitud del resultado final, la capacidad de transmitir, sea cual sea el proceso o componente utilizado en su creación. Y si en las pinturas de la serie 'Capriccio' podemos descubrir en algunos casos, claras sintonías con obras de otros autores, como es el caso de Arnulf Rainer (Austria, 1929), Sam Francis (EEUU, 1923-1994), o Jackson Pollock (EEUU, 1912-1956) por citar algunos, en referencia a la obra escultórica nos puede resultar más difícil. Solamente en algunos casos bien en el resultado final o bien en la utilización del poliuretano expansivo, hay aspectos en común. Un ejemplo podría ser el del artista mallorquín Amador (Pollença, 1957), de quien determinadas esculturas podrían tener similitudes con algunas pocas de las creadas por Lichter, pero con conceptos totalmente diferentes, cosa que aleja los significados de una búsqueda y otra, ya que Amador viene a representar una figuración, y Alfred Lichter una abstracción total y pura. Otro caso que me gustaría señalar, también por su importancia y su reconocimiento internacional, aunque creo que es ciertamente anecdótico en su trayectoria creativa, es el del artista León Ferrari (Argentina, 1920), que ha utilizado el poliuretano expansivo y las texturas que este material aporta en la creación de algunas de sus esculturas, como la titulada 'Árboles'. Esta obra ha sido incluida en la retrospectiva que de este artista, junto a Mira Schendel (Suiza, 1919 - Brasil 1988), se ha presentado en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) y en el Museo Reina Sofía de Madrid (MNCARS). Las obras que se incluyen en esta muestra de Alfred Lichter, 'Capriccio 2010', en Can Planes - Museu d´Art Contemporani de Sa Pobla, representan sus últimas creaciones. Así encontramos diferentes series como 'Spuren', formada por dibujos, 'Compressionen', relieves en metal, o las pinturas de la serie 'Frottagen', todas ellas englobadas en 'Capriccio'. Se trata de obras inéditas en su mayor parte, y por tanto, esta exposición presenta una oportunidad única para acercarnos a la obra más singular de Alfred Lichter y, tal como indica el artista, al resultado de una búsqueda personal a lo largo de su vida: 'el arte puro'.
Alfred Lichter reside desde hace más de 25 años en Mallorca, en su casa de Alaró. En esta exposición presenta sus creaciones más recientes de la serie en la que lleva trabajando desde el 2006, año en que creó las primeras obras que bautizó cómo Capriccios . Desde entonces ha investigado sobre el concepto de arte puro , creando en diferentes soportes y técnicas, y trasladando este concepto, que primero desarrolló mediante la pintura, a la tridimensionalidad, con esculturas y relieves. En esta nueva exposición que se presenta en Can Planes- Museu d´Art Contemporani de Sa Pobla comisariada por Tomeu Simonet, se presentan cómo comentábamos sus trabajos más recientes, desde pinturas sobre tela y cartón, a esculturas en poliuretano espansivo y bronce, o relieves de metal.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España