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La impronta del entorno queda impresa como retícula numérica, ortogonal y figurada de los absolutismos y las relatividades humanas.

La geometría y el entorno: la base; la limpieza, el rigor y lo epidérmico: la excusa. Como protagonista se posiciona el espacio y, el terror, como una constante.

Existen ciertos factores que nos comprometen a abolir la incertidumbre mediante la razón y la vehemencia. Polos opuestos y absolutamente complementarios de cara a la efectividad metodológica y creativa, por eso la necesidad del paisaje y su tratamiento espacial, ausente muchas veces (por la inmanencia del objeto), quedan registrados en este campo semántico de concepto, forma y alusiones.

Aquí el objeto toma una relevancia sustancial, casi jerárquica, como canal de una posible interlocución entre suprematismo y ... conducta, mediante estratos cuando es indirecta, y con rotundidad cuando es directa. Ahí reside la ilusión del objeto en su planteamiento áureo y plástico.

El hacinamiento del urbanita contemporáneo, la yuxtaposición de masas de cemento y metal, la convencional metáfora del hormiguero-ciudad se posiciona como la ficción constituyente del concepto y principal base del error y de la desconstrucción del paisaje moderno.