Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Primeros trabajos: 1985-88 Los primeros trabajos de Cai Guo-Qiang que se exponen en la muestra datan del período 1984-1988, cuando el artista desarrolló la metodología y el proceso básicos de sus característicos dibujos con pólvora y explosiones. Esta selección de obras tempranas revela la búsqueda progresiva por parte de Cai de una práctica artística que le permitiera utilizar de manera directa la espontaneidad de las fuerzas naturales. En última instancia, el artista llegó a un arte en el que estas fuerzas le permitieron renunciar al control, dando como resultado composiciones formadas por marcas aleatorias de humo y chispas. Las primeras obras bidimensionales de Cai sobre lienzo y papel representan temas clave que definirán con posterioridad sus preocupaciones conceptuales. Destacan, entre otros, la mitología y el folclore chinos, de los que adopta imágenes populares, los materiales tradicionales (como la pólvora, un famoso descubrimiento chino cargado de nacionalismo cultural) y las historias alegóricas, como medio para concretar el significado de su obra. Cai buscó desde el principio el modo de conectar a su arte lo que él denominaba el 'mundo oculto', vinculándolo a un estudio metafísico de los meridianos cósmicos de las corrientes de energía, los estados primordiales del caos y la naturaleza de la materia amorfa. En un primer momento, el artista experimentó disponiendo sobre el lienzo una capa de pintura sobre la que luego aplicaba una ráfaga de aire procedente de un ventilador eléctrico que sostenía sobre la superficie, dando forma al movimiento de la pintura con la fuerza del viento, como en Tifón (1985). En 1984, introdujo la pólvora en sus óleos, colocando este explosivo y mechas sobre la superficie del lienzo, situado en posición horizontal sobre el suelo; al prenderles fuego, las mechas arden al instante haciendo estallar la pólvora y creando fuertes explosiones y fogonazos que terminan por desvanecerse en medio de nubes de humo. El resultado es una superficie texturizada con el aspecto y la sensación de una explosión: la pintura al óleo sobre lienzo aparece ennegrecida, chamuscada y explosionada, detenida en un estado en el que está siendo consumida, como en Pintura con pólvora n.º 8-10 (1988). Tras mudarse a Japón en 1986, Cai pasa de prender pólvora sobre lienzos pintados a prenderla directamente sobre hojas de papel de fabricación japonesa. Dibujos con pólvora Los dibujos de Cai Guo-Qiang realizados prendiendo fuego a explosivos sobre papel constituyen un nuevo medio de expresión artística contemporánea. Junto con los proyectos de explosión, a los que se encuentran vinculados desde un punto de vista conceptual, los dibujos con pólvora del artista transmiten su idea central de aplicar fuerzas energéticas naturales para crear obras que conecten tanto al artista como al espectador con un estado primordial de caos, contenido en el momento de la explosión. En sus dibujos, Cai Guo-Qiang emplea con frecuencia hojas de papel japonés, fabricadas por encargo personal del artista. La estructura de sus fibras resiste y absorbe el impacto de la explosión y el carbonizado del papel. Tras situar estas hojas en el suelo, dispone sobre ellas mechas de diversa potencia, pólvora suelta y plantillas de cartón con las que crea siluetas sobre la superficie del papel. Aquí y allá sitúa tablas de madera para dispersar de manera eficaz los diseños resultantes del humo y del impacto de la explosión. El artista carga entonces todos estos elementos con piedras para intensificar la explosión. Una vez que el montaje está completado, prende fuego a una mecha en un extremo de la obra con una vara de incienso encendida. Entonces, en medio de estrepitosas explosiones, la pólvora inflamada rasga la superficie del papel, encendiendo el despliegue de explosivos en función del diseño establecido y comprometiendo al artista y a los espectadores en un encuentro momentáneo con el espectacular poder de la destrucción explosiva. Uno o dos segundos después, el papel yace envuelto en nubes de humo acre. Los ayudantes corren para sofocar las brasas con trozos de tela. Por ultimo, el dibujo se retira del suelo y se cuelga en posición vertical para que el artista pueda inspeccionarlo. La producción de dibujos con pólvora de Cai Guo-Qiang puede clasificarse en dos períodos: desde sus primeros dibujos en 1989 hasta 1995, cuando vivía en Japón, y desde 1996 hasta nuestros días, con el artista instalado en Nueva York. Durante el período japonés, Cai Guo-Qiang creó dos series principales de dibujos con pólvora vinculadas de manera directa con el desarrollo de sus proyectos de explosión. Se trata de Proyectos para extraterrestres y Proyectos para la humanidad. La mayor parte de estos, ya se trate de mamparas plegables formadas por varios paneles o de una sola hoja de papel, fueron concebidos como diagramas de las ideas conceptuales del artista y propuestas de diseño visual para proyectos de explosión concretos. Desde que se mudó a Nueva York en 1995, el dominio de los materiales que emplea se ha traducido en dibujos con pólvora cada vez más complejos tanto desde el punto de vista técnico como desde el punto de vista pictórico. Proyectos de explosión: 'Destrucción creativa ' La pólvora -en chino, literalmente, 'medicina de fuego'- es uno de los inventos chinos más célebres. Cai empezó a aplicar pólvora y mechas con el fin crear proyectos de explosión para una audiencia pública. Empleó como marco físico superficies y estructuras ya existentes. Los primeros proyectos tuvieron una duración de entre uno y quince segundos. Desde entonces, la práctica de Cai ha evolucionado de manera espectacular. Ahora produce proyectos de explosión aérea que, con frecuencia, se desarrollan en colaboración con pirotécnicos profesionales. Más recientemente, el artista ha aprovechado la tecnología informática en la concepción de las estructuras pirotécnicas para crear explosiones más precisas y elaboradas. Los proyectos de explosión de Cai se realizan a menudo por encargo de museos, bienales de arte o agencias nacionales e internacionales. Como obras temporales destinadas a una audiencia pública en directo, los proyectos de explosión funcionan como performances cuyo impacto (atronadoras explosiones, luz ardiente, humo y restos en suspensión) conjura tanto al violento caos como a la celebración ritual. Y, en la tradición del arte efímero, estos proyectos sólo se dan a conocer a través de su documentación: fotografías, vídeos y dibujos. Algunas de las obras más importantes de los inicios de la carrera de Cai Guo-Qiang están presentes en esta muestra, incluyendo una serie de vídeos que documentan los proyectos de explosión que llevó a cabo en más de veinte ciudades a partir de 1989, y los dibujos con pólvora que los acompañan, como Movimiento fetal II: proyecto para extraterrestres n.º 9 (1992), que forma parte de su serie más extensa de obras Proyectos para extraterrestres, de la cual pueden contemplarse en Bilbao algunas otras piezas. Para el artista, imaginar que existe una inteligencia extraterrestre implica un planteamiento parecido al de la función del arte: la coexistencia de dos o múltiples realidades. La consigna I want to believe ('Quiero creer', popularizada sin que el artista lo supiera por la serie americana de ciencia ficción Expediente X), aparece en un póster en el estudio de Cai y resume el idealismo místico que se encuentra en el centro de su actividad artística proteica. Desde mediados de la década de 1990, Cai se ha apropiado del hongo atómico y ha propuesto que este memorable icono del siglo XX puede arrojar una luz en nuestra conciencia colectiva si se presenta en forma de obra de arte. La muestra del Museo Guggenheim Bilbao reúne los ejemplos más significativos de los dibujos con pólvora y de los vídeos de los proyectos de explosión de su serie El siglo de los hongos atómicos: Proyecto para el siglo XX (1995-96), incluyendo un álbum recientemente adquirido por el Solomon R. Guggenheim Museum, Dibujo para El siglo de los hongos atómicos: Proyecto para el siglo XX (1995-96), que yuxtapone imágenes de un hongo atómico con dos verdaderas setas lingzhi, utilizadas en la medicina tradicional china con fines terapéuticos. Además, la muestra incluye Dibujo para las huellas de la historia (2008), un gran dibujo panorámico con pólvora de más de 33 metros de longitud, creado recientemente para la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Cai ejerció como Director de Efectos Especiales y Visuales y fue un miembro clave del equipo creativo que planificó las ceremonias de inauguración y clausura, ambas concebidas como espectáculos artísticos para captar a una audiencia masiva que representaba a un tercio de la población mundial. Instalaciones: diálogo entre historia local y globalización La práctica artística de Cai se amplía para incluir instalaciones interactivas que a menudo recuperan signos y símbolos de la cultura china y ponen de manifiesto de una manera brillante la dialéctica entre la historia local y la globalización. Algunas de las instalaciones clave en el reconocimiento internacional del artista podrán contemplarse en la retrospectiva del Museo Guggenheim Bilbao. Es el caso de Reflexión-Un regalo de Iwaki (2004), una obra en la que los restos de un barco naufragado se convierten en receptáculo para varias toneladas de cerámica blanca, procedente de miles de platos rotos. Esta instalación fue creada originariamente para la Sackler Gallery, de Washington DC. La estancia de Cai Guo-Qiang durante nueve años en Japón, entre 1986 y 1995, se tradujo en numerosas relaciones a largo plazo con la comunidad de Iwaki, a la que movilizó para llevar a cabo la obra. El vídeo que documenta el proceso social de la realización artística podrá contemplarse junto a esta en la muestra. El equipo de habitantes que participó en la instalación de la obra en las diferentes sedes de la exposición retrospectiva ha viajado también a Bilbao para supervisar el proceso de instalación en salas. Otra instalación clave es Patio de la recaudación de la renta de Bilbao (2009), que incluye más de setenta esculturas de arcilla de tamaño natural dispuestas en distintas escenas narrativas que se construyen in situ con la colaboración de escultores chinos y locales. La pieza está inspirada en un conjunto escultórico del realismo socialista de 1965, que representa la miseria de los campesinos bajo el yugo de un terrateniente explotador durante el gobierno prerrevolucionario del Guomintang, y que supuso un adelanto del celo propagandístico del arte del realismo socialista durante la Revolución Cultural China (1966-1976). Durante toda una década, Patio de la recaudación de la renta (Shou Zu Yuan) se reprodujo e instaló en ciudades de toda China, llegando a ser la imagen política más reincidente y con más carga emocional después del retrato de Mao. La intención de Cai al mostrar esta obra realista socialista de gran carga histórica es ampliar nuestra comprensión del arte contemporáneo al hacer patente el impacto masivo y el poder emocional de un estilo artístico aparentemente «retrógrado» que dominó en China durante décadas. Del mismo modo, la pieza supone una mordaz reflexión sobre el destino del arte y los artistas bajo la manipulación de la ideología política. Para llevar a cabo la nueva recreación de esa instalación en Bilbao, el artista ha invitado a cuatro escultores chinos y a estudiantes de la Facultad de Bellas Artes de la UPV-EHU para la recreación in situ de las obras, dejando que se descompongan posteriormente en el transcurso de la exposición. Cabe destacar también la presencia en Bilbao de otra obra clave de gran espectacularidad y belleza estética que subraya la relación del artista y de la Solomon R. Guggenheim Foundation. Realizada para la muestra individual del artista en el Deutsche Guggenheim de Berlín en 2006, De Frente es una especie de retablo en el que 99 réplicas de lobos a tamaño real corren desaforados hacia -y contra- una pared transparente de cristal. Proyectos sociales para 'crear cultura' Cai puso en marcha los denominados 'proyectos sociales' a comienzos de la década de 1990, trabajando para ello en emplazamientos que no guardan relación con el arte y con voluntarios ajenos al mundo del arte profesional, con el objetivo de crear espacios para el debate. Estos continuos experimentos e intervenciones desarrollan los ideales utópicos del artista en relación con el compromiso y la movilización social, con una creencia continua en la naturaleza transformacional y en el potencial de diálogo que se encuentra en las comunidades de personas. En Todo es museo el artista involucra a las comunidades locales en la creación de acontecimientos artísticos en emplazamientos remotos que no guardan relación alguna con el arte, como búnkeres militares y antiguos hornos. Estas ubicaciones tan poco convencionales generan oportunidades únicas para el diálogo, al tiempo que revelan la fascinación del artista por los ideales utópicos y su creencia inquebrantable en el arte y en la capacidad de transformación de la cultura. El artista reta a los artistas participantes a producir obras significativas en espacios alternativos, en condiciones limitadas y muy básicas, sin seguridad, sin control de las condiciones climáticas e incluso sin suministro de agua o electricidad. La serie Todo es museo, que hoy día sigue en curso, cuenta con una presentación específica en el Museo Guggenheim Bilbao, comisariada por el propio artista en el marco de su muestra, que incluye materiales documentales y contribuciones especiales de la artista Kiki Smith y del compositor y director de orquesta Tan Dun. La exposición incluye también un diseño del arquitecto Lord Norman Foster para un nuevo museo sobre la serie (QMoCA) que se va a construir en Quanzhou, ciudad natal de Cai. Por su parte, la artista Jennifer Wen Ma ha creado una instalación de vídeo específica para Bilbao, como respuesta a la arquitectura del Museo. Todo es museo presenta también propuestas para sedes de museos Guggenheim en todo el mundo, llevadas a la práctica o no, desarrolladas por Thomas Krens durante su tiempo como director de la Solomon R. Guggenheim Foundation.
La exposición llega a Bilbao después del éxito cosechado tanto en el Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York, donde se convirtió en el espectáculo de arte visual más visitado, como en el Museo Nacional de Arte de China en Beijing, donde formó parte de la programación cultural de los Juegos Olímpicos de 2008. Cai Guo-Qiang es un artista, comisario y creador de proyectos de explosión a gran escala, reconocido a nivel internacional por su participación de manera activa en exposiciones, bienales y celebraciones públicas desde hace veinte años. Esta completa retrospectiva es la primera muestra en solitario que los Museos Guggenheim dedican a un artista chino. Comisariada por Thomas Krens, asesor senior de asuntos globales y por Alexandra Munroe, Conservadora Jefe de Arte Asiático del Solomon R. Guggenheim Museum, Cai Guo-Qiang: Quiero creer se ha concebido, en estrecha colaboración con el artista, como una espectacular instalación de ubicación específica dentro de la icónica arquitectura del edificio bilbaíno diseñado por Frank Gehry. La exposición explora, a lo largo de la segunda planta y el Atrio del Museo, la creación por parte del artista de un lenguaje visual y conceptual distintivo a través de cuatro elementos: dibujos con pólvora, proyectos de explosión, instalaciones y proyectos sociales. La muestra examina, a través de más de 50 obras, desde la década de 1980 hasta la actualidad (procedentes de colecciones públicas y privadas de primer orden de los Estados Unidos, Europa y Asia), las notables contribuciones formales y conceptuales de Cai Guo-Qiang al arte contemporáneo internacional, al tiempo que establece su influencia como productor cultural de obras de arte para audiencias masivas, provocativas desde una perspectiva social. Además, gracias a la espectacular instalación Inoportuno: primera etapa (2004), el Atrio del Museo cobra especial protagonismo durante la muestra. La pieza consta de ocho coches atravesados por tubos de luz, que están dispuestos siguiendo una trayectoria circular que comienza con un coche intacto situado en el suelo y progresa de manera dinámica en una simulación cinética de la explosión de un coche. La obra, visible desde el exterior del Museo, genera un diálogo directo con los alrededores del edificio y con la arquitectura de Frank Gehry. Comisarios: Alexandra Munroe y Thomas Krens
Exposición. 17 nov de 2024 - 18 ene de 2025 / The Ryder - Madrid / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España