Descripción de la Exposición El de Tomás Bux se cuenta desde hace tiempo entre los nombres de referencia de la alfarería conquense. Sus formas, peculiares y sugestivas, han ido pasando a formar parte del propio aspecto de la ciudad que, al fin y al cabo, las alimenta, reinterpretada o soñada a través de la acción de sus manos en el barro.
“La técnica empleada es el torno, placas y modelado a mano; placas y relieves superpuestos con pasta de arcilla de gres con chamota; la pieza es sometida a una cocción de 1250º, decorada con óxidos y barnices a alta temperatura” -explica Tomás, respecto al modo en el que sus “buxtijos” cobran vida.
Surrealismo y abstracción son dos de los adjetivos que utiliza el autor para describir las formas de sus piezas, y no podrían ser más oportunos: precisamente el término “abstracción” fue introducido en el lenguaje habitual del arte por Wilhelm Worringer para referirse, entre otras cosas, a los motivos decorativos que aparecían, por ejemplo, en la cerámica griega del período geométrico. Por otra parte, en su tratamiento del color, con predominio de rojos y verdes que se diluyen en la sinuosidad de los espacios creados, así como en las formas curvas donde se insertan los elementos recurrentes del lenguaje del autor (los ojos, de gran valor simbólico, y que constituyen “el alma de sus piezas”, y las oportunas aglomeraciones de pequeñas bolas de barro), se justifica plenamente el sentido surrealista de sus obras, que de algún modo traen a la memoria el aspecto onírico de las pinturas de Joan Miró.
De algún modo, también hay algo de paradójico en la serie que presenta, al rendir homenaje a un objeto paradigmático por su sencillez y que con cada vez menor frecuencia se deja ver en su uso cotidiano.
Formación. 08 may de 2025 - 17 may de 2025 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España