Pablo Maojo de formación autodidacta, ha experimentado a lo largo de su carrera profesional con todo tipo de técnicas: pintura, dibujo, grabado y, sobre todo, escultura.

Armonía estructural, vivacidad rítmica e integridad compositiva son los rasgos formales más notorios de unas esculturas entroncadas, por un extremo, con la línea principal del constructivismo y, por otro, con el intemporal artesano que, en comunión con la materia, anula las inciertas diferencias del arte con el oficio.

En su escultura predomina la madera en estado puro, rescatándola como obra de arte a base de líneas más o menos rectas y planos sobre los que interviene con colores vivos.

Otra marca característica de sus obras es el virtuosismo gráfico, la inteligente explotación del color y el escrupuloso dominio de las texturas, que las hace ... cómplices de la gravedad y de la luz.

Así mismo, en gran parte de su obra pública se sirve de otros materiales como el hierro, el bronce o el acero para plasmar su universo armónico. En sus últimas creaciones va más allá de lo meramente plástico, reflexiona sobre la relación entre el arte y otras disciplinas como la música, investigando nuevos instrumentos de percusión, o las artes escénicas, creando escenografías inverosímiles.

Sus exposiciones se corresponden con la riqueza polifónica y polimórfica de su escultura. Se resuelven, como sus piezas, en una perfecta amalgama de exuberancia y discreción.