Descripción de la Exposición La muestra se compone de veinte cuadros de diversos tamaños y fechados en el 2009 y 2011. Su personalísima iconografía, los ambientes recreados, la fuerza de su imaginario plasmado en los lienzos de Sergio Sanz, se levanta a partir de un nutrido fervor lector, cinematográfico y musical. Todo lo inunda una atmósfera onírica, resultado de observar la realidad de fuera hacia adentro y a la vez manteniendo una prudente distancia que teje ese telón o filtro lumínico. En palabras de Luis Alberto de Cuenca, autor del texto introductorio al catálogo de la exposición: 'La música y los supuestamente felices años 20 del siglo pasado son el Leitmotiv que ha elegido Sergio para la ocasión. Aún está devanando la madeja de Ariadna que lo conducirá al título de la misma, pero es evidente que el jazz y la magia de los Twenties impregna el contenido de su producción última, como lo hizo también en el pretérito, pues Sergio Sanz es fiel a sus obsesiones, como todo artista que se precie de no ser un sospechoso saltimbanqui temático. Así que vuelven a estar con todos nosotros personajes tan sergianos como el trompetista Bix Beiderbecke -muy admirado por Julio Cortázar-, o el inefable Cansinos Assens (del que mi amigo Marcos Barnatán tiene desde hace años uno de los primeros retratos que de él hizo Sergio), o el músico cubano Alberto Socarras (con un descomunal saxofón), o Bruno Schulz (poco antes de caer en poder de la Gestapo), o H. P. Lovecraft, o Kafka, o el citado Cortázar (que aparece junto a Roberto Arlt y Onetti en un gran cuadro, uno de los más bellos de la muestra, junto a tres músicos argentinos de la época). Todo está traspasado de fantasía en la obra de Sergio Sanz. Todo es unheimlich, si acudimos al término freudiano que caracteriza perfectamente lo fantástico. Hasta lo heimlich, como en Entreacto, esa horrible happy family acompañada de un muñeco de ventrílocuo con pinta de tener mando en plaza y de un tipo mal afeitado, nos resulta unheimlich en la obra de Sergio, que rezuma inquietante extrañeza por todas partes. ¿Y qué decir de ese zíngaro diabólico con un estuche de guitarra en un marco boscoso de pesadilla? ¿Qué del hombre invisible que no toca un piano ruinoso, sin pedales ni teclado? ¿Qué de ese otro pianista meticulosamente observado por unos médicos psiquiatras de bata blanca, mientras unos enanos de etiqueta se sitúan en torno a otro piano en el plano inferior del cuadro? Otra de mis pinturas preferidas es Un amor de swing, presunto homenaje proustiano en la que yo veo a un aristócrata fin de raza, bordeando la subnormalidad, que apoya sus manos sobre los hombros de su amante, un negro parecido a Kafka con aspecto de boxeador sonado. O Grises, con sus cuatro tipos con chaqueta y corbata, tres de ellos sin cabeza: el que la tiene es Lester Young, un célebre saxofonista negro que llamaba «grises» a los blancos. O el prestidigitador y la niña (¿es Lovecraft de pequeño, disfrazado de niña?), perdidos sobre un fondo de bandera militar de Japón durante la última Gran Guerra. O España antigua, con su medio cuerpo de speaker inexistente, vestido de blanco espectral con corbata de lazo mixta de bandera española bicolor y republicana, ante un micrófono de radio de los de entonces. O el connaisseur, con los colores de la enseña patria enmascarándole el rostro. O el atroz pelirrojo apoyado en un mostrador de la galería Marlborough, que bien pudiera ser una caricatura siniestra de JFK. U otros cuadros de pequeño formato, con colillas de cigarrillos, caras de Buda (Felicidad interior bruta) o retratos sin retratados. O, last but not least, el preciosísimo lienzo en el que se reproduce, con una minuciosidad hiperrealista, un sobre mínimo de plástico conteniendo canela en rama que está colgado de una de las paredes del estudio de Sergio, junto a otros sobrecitos llenos de otras sustancias'. Sergio Sanz recibe sus primeras lecciones de los maestros Gordillo, Valdés, Villalba, Arroyo, Fraile, Casamada, Pérez Villalta y Amat en los Talleres de Arte Actual del Círculo de Bellas Artes (1983 - 1986), coincidiendo con el cenit de la Nueva Figuración Madrileña de Franco, Alcolea, Cobo y Pérez Villalta. La vieja y nueva figuración madrileña tuvo mucho que ver en el afianzamiento del propio estilo del pintor, junto con la investigación de la obra de numerosos artistas solitarios del periodo de entreguerras, reticentes a sumarse a un vanguardismo militante. Sergio Sanz ha sido galardonado con el Premio Ojo Crítico de Radio Nacional de España (1993) y el XXXVI Grand Prix International d'Art Contemporain de Montecarlo (Fondation Prince Pierre de Mónaco, 2002). Sus últimas exposiciones individuales en Marlbough (Madrid) se celebraron en los años 2005 y 2007, mientras que en Marlborough (Barcelona) expuso Dibuixos en el 2009, ese mismo año tiene lugar la muestra El Adán y la diabla en la Sala Robayera (Ayuntamiento de Miengo, Cantabria).
Premio. 09 sep de 2024 - 13 oct de 2024 / Madrid, España
Exposición. 05 oct de 2024 - 09 mar de 2025 / Centro Botín / Santander, Cantabria, España
Formación. 15 oct de 2024 - 30 jun de 2024 / Museo Nacional Thyssen-Bornemisza / Madrid, España