Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Hacia el siglo XV se produce uno de los cambios más importantes en la historia de la pintura. La superficie plana sobre la que se pintan las figuras comienza a 'ahuecarse' por el efecto ilusorio que crea la perspectiva. En ese espacio, las arquitecturas, los objetos, las figuras, los santos, la Virgen y Cristo, se representan con sus formas voluminosas: el claroscuro imita la experiencia de la materialidad de las cosas en su relación con la luz. El paisaje se divisa a lo lejos a través de alguna abertura en el muro. El cuadro se convierte en una 'ventana' abierta hacia una historia sagrada. Las arquitecturas remiten a aquel pasado prestigioso de la Antigüedad: columnas, frisos, arcos de medio punto, algunas ruinas. Los personajes religiosos, cómodamente instalados en esos espacios amplios, sugieren, detrás de los pliegues del ropaje, anatomías proporcionalmente diseñados, ajustados a medida y número en cada uno de sus miembros y en relación con lo que los rodea. Objetos y cuerpos, modelados por luces y sombras, se presentan distribuidos ordenadamente de acuerdo a eje de simetría, ritmo y ajustado equilibrio. Estas formas de representación, aunque con variantes, continuaron durante siglos y se constituyeron en normas propias del concepto de arte desde el Renacimiento al siglo XIX. En el siglo XX las vanguardias artísticas cuestionan uno a uno aquellos fundamentos: perspectiva, modelado, temas, e incluso el soporte y los medios técnicos, que fueron desechados por algunos movimientos. El cuadro termina por disolverse en instalaciones y en el objetualismo. En este contexto donde se privilegia la experimentación, sin embargo, algunos artistas persisten en los materiales y técnicas consagrados. Sin salir del cuadro o la escultura de la tradición, se oponen a ella al elaborar un conjunto de recursos plásticos propios. La obra de Botero se inscribe en los movimientos del siglo XX que permanecen ligados a la figuración, al cuadro, la escultura y los géneros consagrados de la historia del arte. No obstante, se aparta de ese pasado al incluir personajes y una naturaleza ajenos a la tradición europea y al elaborar libremente las relaciones de proporción. Una de las características distintivas de su arte son las formas desmesuradas en que las figuras parecen 'inflarse' (Mujer con perro, 1998). En esta elección estilística, - desarrollada en cada una de sus obras y a lo largo de su trayectoria-, el artista se distancia de las normas sancionadas para la imitación y crea una realidad diferente. El mundo que construye está fuertemente anclado en la imaginación y el recuerdo del pasado vivido en Medellín, los tiempos de la infancia y la adolescencia. Esa realidad, insistentemente entrevista en la memoria, trae a la superficie de telas y papeles sus frutos, ámbitos y personajes (corridas de toros, escenas circenses y espectáculos musicales). La curadora Teresa Anchorena distingue en la muestra los siguientes núcleos temáticos: Vida Latinoamérica; Toros y Violencia; Gran Formato y Acuarelas; Música y Circo.
Se exhiben 50 dibujos de la colección personal de Fernando Botero (Medellín, 1932) realizados entre los años 1973 y 2011. En estas obras, de distintos formatos, Botero utiliza acuarela, lápiz, pastel, tinta y carbonilla sobre papel y sobre tela. La exposición está organizada en cuatro núcleos temáticos: Vida Latinoamericana, Toros y Violencia, Acuarelas y Grandes Formatos, Música y Circo.
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España