Descripción de la Exposición Hace unos años triunfó notoriamente en Madrid (antes lo había hecho en Barcelona) una obra de teatro que se llamaba 'Arte'. Trataba de un cuadro blanco por el que un coleccionista había pagado una buena cantidad de dinero. La tesis de la obra era que la sacralización del arte y del objeto artístico había llegado a un punto tal, que el arte contemporáneo se estaba convirtiendo en una idiotez banal cercana al insulto y a la estafa. En su momento varias personas me recomendaron la obra con mucho interés: 'a ti que eres artista te va a encantar...' Yo siempre les contesté con un NO rotundo (más o menos como el de Santiago Sierra) con el que se quedaban perplejos. Luego les contaba que años antes había tenido la oportunidad de disfrutar y apasionarme con una exposición de Robert Ryman en el Museo Reina Sofía de Madrid, en la que mostraba alrededor de un centenar de cuadros blancos. Su perplejidad aumentó: ¿todos los cuadros blancos? ¿Y te gustó? 'No me gustó, me apasionó' respondía beligerante a modo de provocación. Pero en realidad no les decía nada más que una verdad: Ryman me ayudó a descubrir la estrategia de la obsesión y la pasión para construir como artista un discurso propio e íntimo, más allá de modas, tendencias y gustos mayoritarios. También percibí en su trabajo la búsqueda de la transcendencia y el 'encuentro' a través de la intensidad provocada por la reflexión y la obsesión. En su obra encontré cientos de matices que me subyugaron y me llevaron a territorios emocionales apenas conocidos por mí. Años después, en Houston, disfruté en solitario durante media hora las enormes piezas negras de la capilla Rothko, que tratan de lo mismo y se ofrecían al espectador como pantallas-médium para ayudarle a conseguir entrar en su propio espacio místico. En muchas ocasiones los artistas emocionales hablan del éxtasis alcanzado en el momento de una concentración absoluta cuando están realizando su trabajo y el tiempo se para ante un 'hallazgo esencial'. Cuando oigo o leo algo sobre este tema siempre pienso en Santa Teresa de Jesús y sus 'encuentros' místicos y sus estados de éxtasis. Pienso que la exposición 'Blanco sobre Blanco', en la que se presentan los trabajos de Oliver Roma (París, 1967) y Felipe Coddou (Santiago de Chile, 1974) titulados 'Blackout' y 'Turistas', respectivamente, habla de los silencios dejados por las transmutaciones y el éxtasis. Suelen ser silencios definitivos, inmateriales y llenos de preguntas sin respuestas. En esos silencios tan absolutos, el tiempo se une de una manera esencial al paro del universo y define en las personas que lo viven un nuevo espacio mental lleno de certezas. A principio de los años sesenta, en una tarde de verano en un pequeño pueblo del Pirineo, observaba cómo varias mujeres, agazapadas en la sombra, bordaban en silencio sábanas y manteles para su ajuar o el de sus hijas. Estaba fascinado con la velocidad con la que lo hacían y los dibujos y filigranas que conseguían. Su concentración era muy alta para no cometer errores. Una de ellas suspiró profundamente e inmediatamente otra dijo: 'ha pasado un ángel' y las demás asintieron. Fue la primera vez que lo oí. He recordado esta anécdota porque creo que ésta es una exposición llena de suspiros y de ángeles que pasan y transforman el entorno. Consiguen transmutar a los personajes que habitan las imágenes de Coddou a lugares extraños donde se dibuja la nada y las interrogaciones se hacen enormes porque el paisaje desolado parece que esconde toda la metafísica de nuestros tiempos. Sin embargo, las imágenes de Oliver Roma, aunque tienen mucho que ver con las de Felipe Coddou, nos hablan del éxtasis como un espacio donde se dibuja el silencio que antecede al suspiro y que Javier Hernández Viñuelas, hablando sobre el trabajo de Oliver Roma, define tan certeramente: 'Ocurre muy pocas veces, pero cuando sucede nada vuelve a ser lo mismo... Y lo que antes eran sólidas estructuras que sostenían creencias y valores, lo que antes marcaba el rumbo y servía de guía, se desmorona y te encuentras a oscuras, sin nada a lo que agarrarte. Donde antes había respuestas indubitables, ahora sólo hay vacío, mensajes desdibujados que ya no tienen sentido o el más absoluto silencio. Y entonces, cuando te has vaciado de lo que tanto te había costado aprender, se abre ante ti la oportunidad de reinventarte, de dar un paso más allá, un salto cuántico, de volver a nacer.
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España