En el corazón de esta exposición se encuentra una técnica singular que combina la escritura, el dibujo y el registro del tiempo (atmosférico y cronológico) a través de cilindros de vidrio. Aunque la esencia de este proceso radica en la simplicidad, sus resultados son sofisticados y estéticamente impactantes, llevando al espectador a un viaje conceptual y sensorial. Los cilindros, cuidadosamente colocados en diversos puntos del país, actúan como receptores de influencias del paisaje, registrando de manera orgánica y espontánea el paso del tiempo, el clima y otras energías sutiles. A través de esta técnica, la artista, Elsa Paricio, desafía la noción de autoría convencional, permitiendo que el entorno y el proceso mismo se conviertan en co-creadores de la obra.