A Luis Moro su particular Bestiario le persigue. Por fortuna, fecundamente, porque parece inagotable. La abstracción de su pintura siempre estuvo poblada de animales terrestres, volátiles, acuáticos; mitad seres reales, mitad ensoñaciones. En cualquier caso, seres siempre fantásticos.

Durante años, y van más de treinta de trabajo, el pintor segoviano ha indagado en un universo lleno de vida irracional. Animales en ocasiones más fieros que bestias, en otras mansos y amables.

Ese bestiario íntimo de Moro ha dado al artista magníficos resultados y en el 'Año del doctor Andrés Laguna', su bestiario particular ha dejado de ser menos particular y más ilustrativo.

El bestiario de Moro encaja a la perfección con aquel otro Bestiario que el médico y humanista del siglo XVI dejo impreso en el Dioscórides Anazarbeo.

Luis Moro presentó en la Galería 'La Casa del ... siglo XV' y en la Feria Estampa de Madrid una versión moderna del Bestiario. El medio centenar de páginas que en su traducción del Dioscórides dedica Andrés Laguna al Bestiario, ha recibido nuestras ilustraciones -cerca de sesenta- ideadas por Moro, cuatro siglos después del original.

Los grabados y los dibujos que dieron pie a esas ilustraciones del moderno Bestiario son los que recoge la exposición con arañas, salamandras, caballitos de mar, ranas, gallos y otros seres medicinales o no, pero siempre en evocación abstracta.