Tres tiempos se desgranan en tres miradas para contar fragmentariamente la historia de una ciudad que marcó la política, la estética y la filosofía en estos dos últimos siglos. Tres miradas que se deslizan a través de tres procedimientos narrativos.

Las fotografías documentales de Lena Szankay, fotógrafa argentina que vivió 19 años en Berlín. Allí transitó su juventud como okupa, como dancer en raves y como estudiante.

Los registros exclusivos el Love Parade de 1997, los remanentes del muro que dividía Este con Oeste en 1989 y la impresión de estas situaciones en la Alemania que se hizo una marcan, una línea central de la muestra.

Años después, cuando la ciudad ha sido reconstruida-pegada-unida, llegan los ojos de Paco Savio para apropiarse de pedazos de esta ciudad icónica, una ciudad que puede ser cualquiera pero que rasgada bajo un concepto ... muy estricto que impone en su mirada y al espectador no puede ser otra que la Berlín del SXXI. En la hondura de la mirada descubierta se encuentra el secreto de la ciudad en clave contemporánea.

Como broche, la muestra cierra con la pintura realizada en un muro por Jo Johannnes, un artista visual que nunca estuvo en Berlín y cuya mirada se hace presente a través de un recuerdo procesado por los años: el famoso beso, desde hoy tiene el sello queer, también un gesto político y estético sobre graffitti pintado en el verdadero muro de Berlin, el beso que selló un pacto entre Breznhev y Honecker, un beso que mirado en un enlace cavado por estas tres miradas que surcan el tiempo, el de ellos y el de todos que se abren en dos zonas precisas y distantes del mundo: Buenos Aires y Berlín.

Berlín es la excusa magnífica, la única excusa posible.