Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- La hora de Pekín es la hora de China según los husos horarios del país, pero esta «hora» es también el claro indicio de la aparición de China como una gran potencia mundial. El proyecto expositivo «Beijing Time. La hora de China», patrocinado por la Sociedad Estatal para Exposiciones Internacionales (SEEI) y organizado por Casa Asia con la colaboración de Matadero, recoge la obra reciente de 17 artistas chinos contemporáneos. A través de este recorrido, la muestra propone una visión panorámica de la creación artística actual en este país, a través de los formatos más diversos, desde la fotografía y las videoinstalaciones hasta el cine, sin dejar de lado el dibujo digital o la instalación. Esta exposición, comisariada por Fang Zhenning y Menene Gras, surge ante la próxima celebración de la Exposición Universal de Shanghai 2010, adoptando el gran formato para unos contenidos directamente relacionados con la «ciudad», porque es en los nuevos modelos urbanos donde se localiza el gran cambio sin precedentes que ha transformado la sociedad china a un ritmo sin precedentes en el resto del mundo. La selección de los 17 artistas pretende dar visibilidad a estos cambios operados en la sociedad china contemporánea. Con esta muestra culmina la presidencia de dos años del Ayuntamiento de Madrid del consorcio Casa Asia. ¿A dónde va China? A esta pregunta tratan de responder algunas de las propuestas de los artistas que participan en esta exposición: CANG Xin, LI Wei, GAO Lei, JIN Shi, MIAO Xiaochun, QIN Yufen, SHEN Yuan, SUI Jianguo, WANG Jianwei, WANG Zhiyuan, XIONG Wenyun, YI De'er, YIN Xiuzhen, YUAN Shun, ZHANG Xiaotao, ZHOU Wendou y DU Zhenjun. El dibujo digital, las instalaciones, el vídeo y las videoinstalaciones son los soportes con los que estos artistas cuentan para crear sus obras, que irán acompañadas en la exposición de un programa de cine de realizadores chinos contemporáneos. Todos los artistas tienen en común el esfuerzo puesto en la investigación de nuevos soportes y medios, en los que muchos son precursores en su país, así como la época en la que se han formado. El telón de fondo de su trabajo es la gran transformación que se ha producido en la sociedad china durante las tres últimas décadas, y que ha acusado, en mayor medida, la ciudad. Es ésta una de las protagonistas de la exposición, a la vez tema y escenario de muchas de las obras. El arte chino, hoy La exposición de fotografía «La invención del presente», con la que Casa Asia inauguró el Centro Casa Asia-Madrid en 2007, ya anunciaba una evolución en las nuevas generaciones de artistas chinos, cuyas obras revelaban los enormes cambios materiales y sociales de la China contemporánea acontecidos a partir de la década de los 90, a raíz de la expansión de la ideología de consumo y de la cultura de masas en este país. Del mismo modo, la exposición antológica fotográfica que produjo Artium en 2008, y que después se presentó en la Virreina de Barcelona, se presentó como la muestra más amplia y completa de fotografía que se ha realizado en España, así como las exposiciones más recientes de la Fundación Miró en Barcelona o del IVAM en Valencia ya revelaban un momento álgido en la historia del arte chino. Estas muestras ya planteaban el lugar que ocuparía el arte chino en el panorama internacional, dado el vertiginoso desarrollo experimentado en este terreno y la influencia de las nuevas tecnologías en la transformación de medios y soportes. «Hoy, el arte chino ha desplazado a Occidente, por cuanto al liderazgo de EE. UU. y Europa en este mercado», afirma Menene Gras, que también comisarió la exposición del Centro Casa Asia-Madrid. La transformación de la sociedad china se da en todos los ámbitos y en todas las disciplinas, de ahí el factor imprevisible de la invención incesante en un terreno abonado como el de las artes visuales y el cine. La evolución del arte chino contemporáneo en las dos últimas décadas demuestra la libertad con la que los artistas han comenzado a utilizar todos los soportes. Tal como muestra esta exposición, los new media se han abierto camino entre los creadores chinos y han sido objeto de exploración y aplicación en la obra de muchos artistas presentes en esta exposición, como Miao Xiaochun o Zhang Xiaotao. Así, como afirma Menene Gras, «'Beijing Time. La hora de China' marca un antes y un después en la visibilidad del arte chino contemporáneo en España, tanto por las obras que se presentan como por el diálogo intercultural que ha fomentado el comisariado conjunto (España-China)». Este proyecto de exposición se organiza partiendo del fenómeno asociado al crecimiento y desarrollo de China y a la transformación de la sociedad civil, que encuentra un lugar de representación de excepción en las expresiones que dan contenido al arte contemporáneo. Quiere ser, así, «una modesta contribución al conocimiento del arte chino contemporáneo en el escenario actual». Breve recorrido por la exposición Esta exposición trata de articular la obra de artistas que comparten la vida de las nuevas ciudades chinas y la vida de un país que se ha descompuesto en las multiplicidades que han surgido con la desaparición de la imagen del estado moderno que las representa. La articulación entre las obras que se han reunido se encuentra no tanto en un tema monográfico como en lo que se supone subyacente en cada una de las producciones que se muestran. Así, para la comisaria, la selección de las obras que se exhiben responde a la intención de hacer posibles recorridos entre obras cuya individualidad parece dificultar la comunicación entre ellas, a la vez que paradójicamente potencia su narratividad y exige descubrir nuevas conexiones entre sí. Así, los temas que con carácter general se abordarán inciden en el «cambio», en las nuevas ciudades que también son objeto de esta exposición como inductoras de los nuevos comportamientos urbanos, que el diseño ha propiciado asimismo alterando el orden establecido, «en el paso de una Modernidad caducada a la Hipermodernidad fabulada», en palabras de la comisaria. En esta línea de actuación, se plantean en la exposición los interrogantes sobre el futuro de China y el papel del arte como instrumento de negociación con el presente y de gestión para la formulación de un nuevo humanismo. La muestra no trata de crear un itinerario expositivo único, con el fin de que el visitante pueda establecer sus propias rutas en el circuito de la muestra. Sin embargo, la exposición tiene como punto de partida, según la comisaria, «una representación cosmogónica de los tiempos presentes en clave de futuro», con la espectacular videoinstalación de Miao Xiaochun, Microcosm, inspirada en El Jardín de las Delicias de El Bosco (1450-1516). El carácter simbólico de esta obra es reinterpretada por Miao Xiaochun con la intención «no tanto de recuperar un referente importante de la cultura occidental y del alto Renacimiento, sino de mostrar la complejidad del paradigma moderno, que interpreta críticamente mediante un trabajo de reconstrucción del modelo original potenciando el rumor escatológico del fin de los grandes relatos», dice Menene Gras. La videoinstalación en 3D es de gran formato y ha sido el resultado del trabajo de más de un año en el que han participado más de cien expertos. También con un referente clásico, en La Balsa de la Medusa, de Du Zhenjun, se reencuentra otro paradigma de diálogo con análogo antecedente. El «modelo» que está en el origen de la obra de Théodore Géricault fue el naufragio de un barco francés a más de cincuenta millas de la costa occidental norteafricana. La videoinstalación de Du Zhenjun introduce la narrativa asociada al fenómeno migratorio que caracteriza los desplazamientos en la era de la comunicación global, pero esta instalación interactiva requiere de la participación del público para animar la escena: la dramatización de la obra, que se activa cuando el espectador se acerca a la pantalla de gran formato, aporta nuevos datos para indicar que no se trata de la simple imagen de una travesía por mar de un grupo de viajeros. Estos procesos migratorios en el interior de China han sido tema también de la obra de Yin Xiuzhen, que ha trabajado a partir de este nomadismo contemporáneo, que impone por la fuerza éxodos masivos, cuyos sujetos deben experimentar el trauma del desplazamiento y la separación. Siguiendo este tema, que ya introdujo en la Bienal de Shanghai en 2008, la obra que presenta en esta muestra remite de nuevo a esta condición humana y a la explotación laboral de los «sin papeles», reformulando los talleres clandestinos de la nueva esclavitud global. Una plataforma circular rodeada de una cortina que hace las veces de muro, hecho también con tiras de ropa, sirve a la artistas para proteger este espacio del exterior, donde las máquinas de coser evocan la mano de obra barata en los talleres de confección, en los que los emigrantes trabajan a destajo. De la diáspora a la integración, Shen Yuan cree que no es posible cambiar la condición de emigrante, pese a vivir en una sociedad global. El proyecto que presenta en esta exposición es una instalación donde sigue insistiendo en el fenómeno de las diásporas y el nomadismo forzoso que imponen los desequilibrios económicos mundiales, determinadas situaciones políticas y las guerras. El título se escribe sobre el muro y el suelo con el típico calzado chino que se usa en el campo: cada letra se compone de tantas zapatillas negras como requieren la forma y el formato, de manera que también se hace alusión al movimiento del caminar y del viaje. Apelando a las mujeres anónimas que emprenden la marcha sin saber a dónde van, se lee en la obra: «Elles sont parties, et pourtant elles ne savent plus où elles vont» («Ellas se fueron, pero no saben a dónde van»). Junto a ella, Jin Shi, otro de los artistas de la última Bienal de Shanghai y Premio PhotoEspaña 2009, reconstruye dos tipos de vivienda que perviven en China a pesar de los nuevos modelos de la arquitectura contemporánea, como símbolo de los pequeños paraísos urbanos precarios que perviven en su país. El artista también trata de rescatar algunos elementos urbanos tradicionales, como los triciclos, en peligro de extinción. En este sentido, destaca también la obra la obra de Cang Xin, artista plástico y performer, que identifica al artista con un chamán en el intento de superar los límites de la obra y del arte mismo. En tanto que artista, es uno de los performers más representativos de los 90 en China, tanto por el carácter experimental de sus producciones como por su relación con una nueva espiritualidad. Esto le lleva a considerarse a sí mismo como un chamán de la imaginación, que puede experimentar libremente diferentes formas de la vida y de la muerte, penetrar en diferentes espacios geográficos, entrar y salir en diferentes cuerpos y convertirse en uno de ellos. Arte y Naturaleza, en lugar de ignorarse en este mundo tan «urbano» como el que identifica a China a principios del siglo XXI, se aproximan en la búsqueda de alternativas para integrar pasado y presente, el mundo natural y las prácticas artísticas, la materialidad de nuestras percepciones y una espiritualidad recobrada. En otro orden de las cosas, pero también vinculada a la preservación de la Naturaleza, la propuesta de Xiong Wenyung se localiza en el Tíbet, donde la artista estuvo trabajando en el transcurso de 10 años, recorriendo el paisaje y sus aldeas. La fotografía y el vídeo que ahora presenta documentan el diálogo ecológico que estableció con las aldeas que recorrió, sus misteriosas tradiciones y la dramática naturaleza, donde estuvo compartiendo sus experiencias con la población y el entorno. De la caligrafía a la performance y de la pintura a las instalaciones, Qin Yufen es otra de las artistas más representativas de la devolución del arte a sus orígenes a partir de una reflexión sobre la estética de materiales y soportes, al igual que acerca del comportamiento y las acciones que en el desarrollo de su trayectoria dejan interrogantes sobre la naturaleza de la obra y sus implicaciones sociales. La instalación Dangerous Seduction consiste en una tira de tela de nueve metros con pequeños artefactos cosidos a la superficie, que imitan los alambres de espinos y contrastan la suavidad del tejido, recordando, en sus propios términos, «la belleza de la violencia o la atracción del peligro». El amarillo de la tela, además, remite al color del Emperador, además de ser el color de un río (el río Amarillo, el segundo río de China) y de un mar. La caída de la tela y su longitud evocan este río y simultáneamente la historia (y las historias) de un país. Los modelos de arquitectura del paisaje fabricados por Yuan Shun son un paradigma de la fuerza de la arquitectura como demostración del crecimiento que invade la naturaleza y cómo ésta también construye el paisaje. En sus composiciones, el artista comunica un mensaje relacionado con los crímenes que se cometen impunemente contra el entorno, una de cuyas consecuencias es el cambio climático actual. Tal como vemos en Softlanding, el resultado de sus reflexiones son los paisajes fantásticos, metáfora de la vida y la muerte, de la ciudad real y la ideal, no exentos de una dramatización que el artista voluntariamente refuerza en el traspaso de lo arcaico a lo futurista y apoya con algunos de sus dibujos. Por su parte, la postura de Zhang Xiaotao ante la situación del arte en la sociedad actual se postula desde la marginación. Para él, el arte no puede perder su capacidad para «poner en crisis» lo establecido. En el vídeo monocanal que se presenta en la muestra, Mist, el artista recurre a la animación con claras referencias al lenguaje pictórico cuestionado por él, al igual que su identificación de la belleza, creando escenarios siniestros y claustrofóbicos, que anuncian el fin del mundo decadente en que vivimos. La proyección se complementa con 12 camiones de porcelana blanca cargados de esqueletos humanos también de color blanco, que intensifica el carácter alegórico de su imagen en movimiento. El popular escultor Sui Jianguo presenta una de sus obras más recientes, relacionada a su vez con el esqueleto del cuerpo humano. La gran cadera que se expone separada del resto del cuerpo al que pertenece, que aún está en proceso de completar, realiza la función de escultura de gran formato a modo de cavidad elevada a la categoría de abstracción. Los críticos han hablado de la fuerza expresiva de sus esculturas, donde se percibe su actitud y posicionamiento ante la sociedad en que vive. El pasado, la historia, la tradición y el patrimonio cultural están muy presente en la serie Golden Fairy Tales de Yi De'er, donde el recuerdo de Mao y la Revolución Cultural inspira la presencia de esta figura enigmática con el uniforme maoísta y completamente cubierto de oro. Las localizaciones en las que sitúa a este modelo pertenecen a lugares especialmente significativos durante este período. Li Wei es uno de los artistas más representativos de la nueva fotografía en el escenario del arte chino contemporáneo, que concibe la fotografía no como representación sino como simple registro de acciones imposibles e inverosímiles, que requieren una puesta en escena pormenorizada, hasta el menor detalle, para poder desafiar la ley de la gravedad y los límites del espacio-tiempo característicos de este soporte. Así, entre los artistas más representativos de la nueva generación, encontramos a Gao Lei, cuya participación en esta exposición cuenta con una caja de luz de 360º y de una instalación fotográfica, donde el artista fuerza al espectador a divisar a través de una mirilla, convirtiéndolo en una especie de voyeur intrigado por los interiores inhóspitos que ve, que acogen extraños visitantes irreconocibles o misteriosos paisajes que son producto de la ficción. En una perspectiva análoga, cabe emplazar la obra de Zhou Wendou, artista que comparte su residencia entre Madrid y Pekín, y que trabaja con instalaciones y objetos obtenidos a partir de una conversión de los productos de consumo habitual y de ocio en objetos carentes de funcionalidad. Así, la esfera de 90 skateboards a modo de instalación escultórica, las cinco canastas de baloncesto iluminadas con luces de neón o la mesa de ping pong imposible hecha con materiales reciclados y cuya superficie se cubre con un tejido acolchado son muestra de la obra de este artista, que pone de manifiesto que, para él, Duchamp sigue estando vigente a principios del siglo XXI. En esta línea, cabe destacar a Wang Zhiyuan, cuyas enormes instalaciones escultóricas se caracterizan por utilizar un objeto de vestuario que suele mantenerse en el dominio de lo privado e íntimo. El Objeto de Deseo consiste en unas grandes bragas de mujer, en cuyo centro se ha escrito con luz de neón «Diamonds Matter Most» encima de una pareja compuesta por una mujer joven conquistando a un anciano con cuerpo de hombre y rostro medio humano y medio animal. Del mismo artista, se presentan obras escultóricas que imitan la lencería femenina, como si se tratara de una de las pulsiones más obsesivas de una sociedad de consumo. Finalmente, Wang Jianwei puede considerarse como uno de los artistas de la exposición que formula conceptualmente de manera más explícita lo que las obras reunidas ponen en tela de juicio y que se puede resumir en una cuestión de actitud ante la sociedad y el mundo que estos artistas experimentan desde diferentes perspectivas. Las dos instalaciones que se muestran de este artista, Position y Seamless welder 2, delatan la importancia que él concede a la palabra posición, ya que considera que es un término clave para identificar el papel del arte en la sociedad actual. La ciudad como escenario ¿Y a dónde va China, pues? El interrogante quiere resaltar tanto el potencial del crecimiento como la escala de las nuevas ciudades y el ritmo de construcción sin antecedentes en ninguna otra parte del mundo. De la China preolímpica a la nueva expansión de Shanghai que culminará en mayo de 2010, el fenómeno urbanizador ha sobrepasado en China todos los límites imaginables, pese a que recientemente el ritmo de construcción parezca tender a una reducción sensible, a raíz de la crisis económica que azota a Occidente y que también afecta al orden económico mundial. Es, como reza el título de la exposición, la hora de China, el momento en que el gigante asiático despierta y con él el «hiperurbanismo», en palabras de la comisaria Menene Gras. «El desafío chino en este ámbito es también un fenómeno que no carece de repercusión por ser altamente paradigmático de los grandes éxodos internos de las zonas rurales a la ciudad y del modo en que lo local y lo global se confunden, dando lugar a una nueva identidad sin predeterminar, que se describe, analiza y trata de reconocerse en la arquitectura, el cine, las artes visuales, la literatura y la música, generando una nueva economía de la imagen y de los medios de comunicación», afirma. Las ciudades chinas han experimentado en muy pocos años una transformación radical, bajo el efecto de un crecimiento económico sin precedentes que ha movilizado un éxodo masivo. Las consecutivas diásporas internas que éste genera son la causa de un desarrollo multiétnico de la población urbana y de lo que Chantal Béret denomina «ciudades-mundo». Así, la muestra trata de reunir todos aquellos materiales representativos de la interdisciplinariedad y esta «ciudadmundo », tratando de integrar todos aquellos elementos que se consideran obvios para ofrecer una representación de la transformación de la ciudad y de la vida urbana. En este sentido, los nuevos paisajes urbanos, con sus estructuras arquitectónicas antiguas y nuevas, son paradigmáticos y las nuevas ciudades serán objeto de esta exposición como inductoras de los nuevos comportamientos urbanos. Maquetas y fotografías pueden ayudar a la visualización de esta transformación que ha dado lugar a las grandes megalópolis chinas. Todo ello pretende ofrecer una representación de la transformación de la ciudad y de la vida urbana. No puede estar ausente la referencia obligada a la arquitectura, que ha sido una de las áreas de conocimiento que más ha influido en esta urbanización de las ciudades chinas contemporáneas. Tanto en lo relativo a la teoría crítica de la arquitectura como en la práctica, el papel que ésta ha desempeñado en el cambio ha sido decisivo en el contexto urbano. Es en este aspecto que se trata de plantear el proyecto de exposición, en el que se quiere mostrar la nueva sociedad que toma conciencia de su futuro y que desea organizar el presente inmediato en el que vive, con la intención de alcanzar a toda costa esta sociedad del bienestar que Occidente ha popularizado, pero en la que descubre también sus grietas inevitables. Así, «se pretende mostrar al público la red de relaciones que se derivan, siguiendo el modelo de la tela de araña con la que se puede comparar el tejido urbano subyacente entre las distintas actividades económicas y culturales que se reproducen incesantemente en el contexto urbano», comenta la comisaria. Del mismo modo, la fotografía china contemporánea ha contribuido decisivamente a registrar estos cambios y a mostrar no sólo los nuevos panoramas urbanos, sino también los interiores de estas grandes estructuras, formando agrupaciones a modo de bloques identificados por un estilo arquitectónico o meramente por su aspecto externo. La fotografía también ha retratado a los nuevos habitantes de estas ciudades, que han desbordado la propia imagen de lo que Occidente entiende de China. Esta exposición trata de documentar la transformación de los lugares en los que se desarrolla la vida urbana, así como los hábitos de estos nuevos habitantes. «La ciudad - comenta la comisaria- no es sólo el espacio por excelencia donde acontece este fenómeno, sino el recipiente de las huellas de todas las culturas».
Se exhibirán obras de Jin Shi, Can Xin, Du Zhenjun, Gao Lei, Li Wei, Miao Xiaochun, Qin Yufen, Shenyuan, Sui Jianguo, Wang Jianwei, Wang Zhiyuan, Xiong Wenyun, Yi De er, Yin Xiuzhen, Yuan Shun, Zhang Xiaotao, Zhou Wendou. Comisarios: Fang Zhenning y Menene Gras Balaguer
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España