Los líquenes como organismos vegetales de doble naturaleza, pertenecen a dos mundos: al de las algas y al de los hongos. Son pocos los que aparecen en el paisaje urbano, porque no solo tienen un crecimiento lento, sino que además acusan los efectos de la contaminación atmosférica. En el bosque pasan desapercibidos y sin embrago su función es esencial para la depuración del aire. A través de ellos, Begoña del Valle nos propone un paseo por el bosque, por los fragmentos de esos lugares que aparecen como hitos de su memoria, como recuerdos y experiencias en sus viajes. Ya podéis disfrutar esta exposición en Caffe del Arte.