Descripción de la Exposición Doctor en escultura por la Facultad de Bellas Artes de Barcelona, Tom Carr (Tarragona, 1956) se incorpora a la escena artística ya desde comienzos de los años 80 con instalaciones en las que desarrolla una producción escultórica empeñada en extraer todo lo superfluo para alcanzar una simplicidad formal de indiscutible belleza y fuerza vital. Su obra escultórica utiliza a menudo madera pintada como material, aunque los verdaderos protagonistas de sus piezas suelen ser la luz y el movimiento, generadores de espacio y tiempo. Toda la obra de este artista parece expandirse formal y conceptualmente hacia el exterior a través de rasgos arquitectónicos y geometrías elementales generadoras de energía y simbolismo como son la espiral, el círculo, la hélice o la pirámide. Su producción artística consta tanto de piezas para espacios interiores como de esculturas monumentales e intervenciones públicas. Dentro de éstas últimas, a Carr le interesa especialmente proporcionar una experiencia artística no buscada por el espectador, inesperada. Y en su empeño por generar vivencias además de sensaciones nos sumerge, más allá de la contemplación, en un tiempo de acción que viene dado por sus esculturas en movimiento o sus proyecciones lumínicas sobre fachadas de edificios. Ejemplo de ello son sin ir más lejos las proyecciones que realizó en 2008 sobre los muros del Musée d´art moderne de Céret y que tituló Cripsis. Será ante todo en proyectos de pequeñas dimensiones, como Del jardín imperfecto (2007), cuando nos transporte hasta lugares donde lo simbólico, lo natural y lo orgánico son capaces de aunar equilibrio, fragilidad e ingravidez. La frescura de su lenguaje está cargado de referencias artísticas pertenecientes a la vanguardia europea, de manera que la importancia que concede a las sombras y sus piezas móviles, nos recuerda inevitablemente a Calder así como las composiciones nos remiten a ciertas obras de Tatlin. En lo que se refiere a su inconfundible poética, el impulso evocador que irradia de la esencialidad de estas formas le aproxima a la espiritualidad de Kandinsky o Malévich. Las obras del conjunto barely there, (apenas allí), que se exponen en la Galería Astarté hasta el 23 de marzo, también tienen que ver con la precariedad del existir: elementos verticales y horizontales, y sus frágiles uniones. Algunas obras tienen movimiento y sus componentes se anclan en puntos mínimos, presentando una ambigua estabilidad. En Otras, como las de la serie sky, el volumen es el vacío. Forma, color y estructuras se articulan en un incesante juego de opuestos. Tom Carr (Tarragona, 1956) curriculum Nace en Tarragona en 1956, de madre valenciana y padre norteamericano. A los cuatro años se marcha a EEUU y hasta los diecisiete vive en comunidades universitarias. Terminada la High School regresa y estudia Bellas Artes en Barcelona. Se gradúa en pintura, sin embargo, pronto se siente atraído por la tridimensionalidad, por el espacio natural y por la arquitectura. Desde sus primeras experiencias, el espacio-tiempo es una referencia constante en su obra, como se demuestra en la instalación realizada para el Espai 10 de la Fundación Miró en 1981. A partir de aquí sus exposiciones se expresan a través de sombras (Posicions relatives, Galeria Metrónom, 1983), luz reflejada con espejos (Continuum espacial, Galeria Trece, Joan Prats, Instituto de Estudios Norteamericanos y Maeght, 1984), imágenes proyectadas sobre fachadas e ineriores (Capella, Sala Montcada de 'La Caixa', 1984; Catedral Seu Vella de Lérida, 1985), sobre pequeños objetos (Natura morta, Museu d'Art de Sabadell, 1984). Desde 1983 desarrolla paralelamente en las instalaciones una obra escultórica basada en rasgos arquitectónicos a partir de la utilización de la madera pintada. (Cadaqués, 1984), Gamarra y Garrigues (Madrid, 1986), Pro Arte (Friburgo, 1986), Pierre Huber (Ginebra, 1987), Galeria Hans Barlach (Colonia, 1987), Krief (Paris, 1987), Vorstadt (Basilea, 1987). Inicia la realización de esculturas públicas en Homenatge a la Unitat Europea (Sant Boi de Llobregat, 1987), Palacio de la Magdalena (Santaner, 1988), Mirador (Pontevedra, 1988), Entrada (Tarragona, 1989), Agulla, Fundación Miró (Barcelona, 1990) En una nueva etapa estas formas se simplifican (discos, cilindros, polígonos estrellados, hélices y espirales) y se acercan a elementos más simbólicos. Pabellón catalán de la Expo de Sevilla, Jan Baum Gallery de Los Angeles (1992), Museo de la Pasión de Valladolid (1995), Sala Municipal de Gerona (1995), Roser de Lérida (1996) entre otras. La obra pública de este período también reflexiona alrededor de estas formas, como en Cylinder, Villa Olímpica de Barcelona (1992) Punta de Terradets (1992), Wind (San José, California, 19939, Seed & Hélix (Paris, 1995) A partir de 1997 empieza una investigación sobre la expresión del tiempo a través de la relación del fuego y el agua, de un modo especial a través de dos destacadas exposiciones: Ignis et Tempus en la Galeria CC de Graz y Aqua et Tempus en el Museo de Arte de Tarragona (1997) La reflexión acerca del tiempo se desarrolla y abre nuevas perspectivas en las exposiciones Cyclus para el Espacio de Caja de Burgos y Orbis en el Centre d'Art Santa Mónica de Barcelona en 2000. Una nueva mirada sobre sus ciclos temporales en relación al espacio se presenta en exposiciones como Memoria en la Galería Martía Martín (Madrid, 2011), Cycle et Coincidence, en el Musée de Ceret (2002) y Versus en la Junta de Castilla y León (2003. La relación espacio-tiempo manifestada en la obra pública toma forma en obras como Continuum de Sant Quirze del Vallés (2002) y Peep Wheel en Madrid (2004). El planteamiento de obras en espacios exteriores toma una parte importante de los últimos años de sus trabajos con obras como Panta Rei en la Escuela de Federic Mistral de Barcelona (2005), donde diferentes elementos descompuestos forman una unidad a través de la distancia y del tiempo. Otro proyecto donde el concepto del espacio se desarrolla a través de las formas y los colores está en la primera fase del proyecto Principium en la Isla Fantasía del Maresme (2006) En 2007 inicia un proyecto titulado Du Jardin imparfait en el que las obras se descomponen y ocupan el espacio de las Galerías ASTARTÉ en Madrid, Sala Maior en Oporto, Studio Frank Bordas en Paris y Galería Bartha Senarclens en Ginebra. La diseminación de las piezas en el espacio-tiempo se plantea en profundidad en la obra I by numbers, consiguiendo la unidad de su lectura a través de la ordenación en secuencias aritméticas y la participación activa del espectador que la va construyendo, (Museo de Céret, 2008) A destacar las últimas instalaciones de Tom Carr basadas en la proyección de diapositivas e imágenes digitales realizadas en 2009 y 2010 'A red carpet for Orchard Road' Digital Nights, Orchard Road, Singapur; la Escenografía concierto Pascal Comelade, Teatre Principal en Sabadell y 'Cripsis' plaza Imperial Tarraco, parte de la exposición Reverberatio, Caixa de Tarragona. Como Arte Público, Engpass, metal pintado y galvanizado. Pieza de 2 x 5 x 7,5 m. colocada en Oberteuringen (Alemania) 2010; Tower Constellation, un grupo de esculturas de acero inoxidable y Leds, cima de Forca Real. Pirineos Orientales, Francia 2010 y Jardi de les delicies acero inoxidable pulido, agua y luz en Parque Illa Fantasia, Maresme, Cataluña 2010. Tras su exposición individual 'All and nothing' en la Galería Cadaqués Huc Malla, y su exposición Reverberatio presentada en Masia Can Barra, Sant Quirze del Vallés y Caixa de Tarragona vuelve a las salas de la Galería Astarté con la exposición que inicia 2011 en Madrid