Descripción de la Exposición
Cuando Sónar comenzó su andadura en 1994, la robótica había empezado un paulatino descenso desde las esferas científicas hasta los espacios artísticos, y creadores como Bill Vorn y JL Demers en el ámbito internacional, o Marcel·lí Antúnez desde nuestro propio contexto, pasaron por SonarMàtica para mostrar sus proyectos. A lo largo de aquella década, la titularidad de la vanguardia tecnológica experimentaría un desplazamiento desde la robótica a la informática, de la prótesis a la Red, y el futuro pasó, de pronto, de ser leído en clave de instrumento-mecanismo a convertirse en contexto relacional. Ya en pleno siglo XXI, la socialización de las herramientas digitales y la generalización del cooperativismo creativo ha devuelto la mirada de las nuevas generaciones de artistas hacia la robótica como marco recurrente para sus investigaciones. La proliferación de talleres de creación, departamentos universitarios y festivales especializados dan buena fe de este fenómeno de democratización de la robótica en la actualidad.
Una silla que se autodesmonta y se autoconstruye, robots que vigilan, tocan el violín o guían al usuario para dibujar su autorretrato, mascotas robóticas y artefactos maquinales que se suicidan, todos ellos, y mucho más, protagonizan una muestra con la que SonarMàtica regresa a sus raíces. Un "Back to the ro(b)ots". Tal como cantaban Kratwerk en su clásico de 1977: “We are programmed just to do / Anything you want us to / We are the robots…”.