Descripción de la Exposición
En esta ocasión Florencia Rojas (Argentina, 1984) presenta un proyecto sobre el solar donde estuvo la cárcel de Carabanchel.
El terreno ha sido abordado por estratos: desde el subsuelo en el que se oculta un yacimiento romano, hasta el cielo o tejado de la prisión donde se amotinaron a finales de los setenta los disidentes de la Coordinadora de Presos en Lucha, pasando por la flora silvestre que ha crecido del escombro del edificio tras su derribo en 2008.
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La exposición Avenida de los Poblados, sin número, bajo el comisariado de Jesús Alcaide, se centra en el solar donde se situaba la antigua cárcel de Carabanchel, derribada en 2008. El terreno ha sido abordado por estratos: desde el subsuelo en el que se oculta un yacimiento romano, hasta el cielo o tejado de la prisión donde se amotinaron a finales de los setenta los disidentes de la Coordinadora de Presos en Lucha, pasando por la flora silvestre que ha crecido tras el derribo del edificio. Para diseccionar este espacio tan denso en contenido, la artista ha colaborado con un equipo interdisciplinar formado por la arqueóloga Laura Fernández, la activista Sonia Dorado, la paisajista Tábata Pardo y la artista Elisa Pardo.
Florencia Rojas parte de la fotografía analógica para articular proyectos que tienen como eje la gestión de la memoria histórica y el patrimonio. Ya en 2018 llevó a cabo el proyecto Un incendio en el subsuelo, en el que se centró en los restos de la guerra civil que subyacen en el parque Dehesa de la Villa. En esta ocasión, Rojas ha acudido durante un año al descampado donde se derribó la prisión más paradigmática del franquismo. El escombro del edificio no se recogió tras el derribo, sino que se trituró y formó el suelo del actual solar. La cárcel había sido bastante saqueada desde su desalojo en 1999, pero el edificio en sí quedó desmenuzado en el suelo, formando un vestigio del pasado represivo del lugar o, quizá, un yacimiento. De ese suelo han surgido varias especies de flora silvestre que la artista ha fotografiado y clasificado junto a la paisajista Tábata Pardo. Estas imágenes de la superficie del solar se acompañan de los fragmentos del edificio -pavés de la galería central y terrazo del suelo- que la artista ha ido recogiendo del descampado.
Una capa más abajo, en el subsuelo, además de conservarse los subterráneos de la prisión, se encuentra el yacimiento romano de Eugenia de Montijo, que ocupa no solo los terrenos de la antigua cárcel sino más de 40 hectáreas comprendidas entre la estación del metro de María Eugenia de Montijo, el cementerio parroquial de Carabanchel Bajo, la ermita de Santa María de la Antigua, el parque Eugenia de Montijo y la Avenida de los Poblados. Hay dos vestigios importantes de este desconocido yacimiento -actualmente se están llevando a cabo catas arqueológicas en los terrenos del solar-, que la artista ha estudiado gracias a la colaboración de la arqueóloga Laura Fernández. El primero de ellos es el Mosaico de Carabanchel, datado entre los siglos IV-V d.C. y conservado en el Museo de San Isidro o de los Orígenes de Madrid. Es de temática báquica y muestra una representación de las cuatro estaciones simbolizadas en distintos ciclos vegetales. El mosaico estuvo probablemente situado en un lujoso comedor (triclinium) de una casa (domus), puesto que, decoraciones mosaicas como ésta se encuentran comúnmente situadas en los comedores de las villas. Es posible que el mosaico perteneciese a una familia romana que celebraba en su villa banquetes y celebraciones en honor al dios Baco. Rojas ha trabajado sobre las partes del mosaico que se han perdido, creando una acuarela en la que ha especulado -con la ayuda de la artista Elisa Pardo- sobre las partes ausentes del resto arqueológico. Sobre la pintura se han posado fragmentos de terrazo que conformaban el suelo de la antigua prisión, haciendo hincapié en la idea de que se da un yacimiento sobre otro.
El segundo vestigio que se conserva del yacimiento romano de Carabanchel es una Minerva. Se trata de una pieza de bronce tallada que se encuentra actualmente en el Museo Arqueológico Nacional. Le faltan las manos, como a la mayoría de las estatuillas de bronce de la época, ya que se fundían por separado del cuerpo y en muchos casos se han extraviado. Según Margarita Moreno, arqueóloga del MAN, es más que probable que la diosa se presentara como guerrera y llevara una lanza en una mano y un cuenco en la otra. Al igual que con el mosaico, Rojas ha completado la pieza, creando en bronce las manos con la lanza y el cuenco que posiblemente tuviera la diosa romana.
Subiendo unas capas más arriba, la artista dio con algunas imágenes de los tejados de la cárcel a finales de los setenta ocupados por multitud de presos amotinados en lo más alto del edificio. Se habían pactado indultos para los presos políticos durante la transición que habían dejado en el olvido a lo que se conocían como “presos comunes”. Aparentemente no habían sido encarcelados por motivos políticos, sin embargo, las leyes con las que habían sido detenidos y juzgados eran leyes franquistas -Ley de vagos y maleantes posteriormente sustituida por la Ley de peligrosidad social-. No contaban en las cárceles con que los presos comunes, o, mejor dicho, presos sociales -tal como ellos mismos se reconocían-, iban a asociarse para luchar por su indulto, por mejorar las condiciones en las prisiones y por la abolición del sistema carcelario. Nació la COPEL -Coordinadora de Presos en Lucha-, que llevó a cabo acciones en grupo como autolesiones, motines en los tejados, fugas, boletines informativos, huelgas de hambre, etc. Florencia Rojas viajó a Barcelona para entrevistar a Daniel Pont, uno de los fundadores de la COPEL. Gracias a este encuentro, la artista grabó su relato, que está presente en la exposición y accedió a documentación que también puede verse en la sala.
Esta es la exposición número 28 en la historia de este espacio perteneciente a los coleccionistas José Trujillo y Elsa López y abre a la vez una nueva etapa dedicada a proyectos individuales. La dirección artística, que previamente corría a cargo del artista Marlon de Azambuja, ahora ha pasado a manos de la también artista Elsa Paricio. Diferentes artistas tendrán la oportunidad de compartir su obra como experiencia expositiva, acompañados por profesionales escogidos para cada ocasión.
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España