Descripción de la Exposición
La muestra da a conocer una selección de la obra gráfica de Nicole Florensa (París, 1926 – 2012) desde una perspectiva contemporánea basada en el ejercicio de hacer descubrir a una autora que optó por la discreción, pero sin abandonar la consciencia de su silente labor por captar escenas y situaciones con el objetivo de preservar y transmitir su entorno para el futuro. Un entorno siempre abordado desde un lenguaje personal ajeno a tendencias, puesto que Nicole, aunque pertenecía a los ambientes culturales parisinos no se adscribió a ningún grupo o circulo artístico.
La exposición toma como punto de partida una revisión anterior presentada en la Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid) en 2008 comisariada por Antonio Bonet Correa bajo el titulo El amor al arte y se enmarca en el proyecto “Nicole Florensa y su tiempo”, que abarca los “años dorados” de la vida personal y artística de los Fenosa. Por todo ello, el proyecto expositivo se complementa con nuevas vías de análisis comisariadas por la directora del museo, Nekane Aramburu, quien ha incluido en la selección expositiva material audiovisual y fotográfico generado por Nicole desde los años 50 para presentar nuevos focos de una línea de producción artística poco conocida que entrará en dialogo con el contexto donde se produjeron y con la visión de creadores actuales.
Nacida Nicole Damotte, Nicole Florensa adopta como artista el apellido materno de su marido el escultor Apel·les Fenosa a quien conoce en 1946. La vida en Paris era un continuo contacto con un vecindario integrado por intelectuales, artistas y exiliados. Entre ellos, la Escuela de Paris, el circulo de Picasso-Cocteau-Paul Éluard-Coco Chanel o la amistad próxima con Mercè Rodoreda o Josep Granyer. Para ella la creación es un ejercicio de conocimiento frente a la esfera de lo real tangible y de memoria en relación con el paso del tiempo y la muerte. El universo que transita entre viajes y vida cotidiana es revelado de la manera en la que ella toma la existencia. «Ètre hors du temps (…) le temps trouvé celui de la liberté», encontramos en un manuscrito de Nicole.
Cuando en su infancia Nicole empapelaba su habitación con mapas y planos de carretera, reproducciones de Cézanne, Van Gogh o postales de los impresionistas ya se aproximaba a esa visión de recolectora de un mundo en quiebra. Entre 1937 y 1940 junto con su hermana y su madre, en plena II Guerra Mundial, se refugian en la casa familiar de Buclans, a los pies de los montes Jura próximos a la frontera con Alemania [1].
Los grabados, las acuarelas, los óleos o las fotografías serán sus herramientas para sintetizar el presente circundante. Una parte de esta producción son precisamente sus piezas de papel en formatos pequeños y tirajes cortos, mostrando su destreza en técnicas tan difíciles como el buril y, sobre todo, la Manera negra.
En sus obras, en general este pequeño formato, el que aporta un taller de reducidas dimensiones o los viajes intermitentes, le permitirá controlar los procesos en los que la elección de la técnica propicia la investigación en las capas ocultas de las imágenes. En ello, el afuera es lo de dentro. Su visión exploradora se adscribe a la voluntad de captar e interpretar el mundo exterior desde una manera de vivir basada en la libertad, los gestos sencillos y la mirada aguda que transciende formas y escalas. Enfocándose en el detalle o extrayendo la parte del todo logra convertir a esas parcelas de instantes en protagonistas.
Hay mucho en Nicole de la influencia de la filosofía taoísta en la manera de entender el universo y la espiritualidad, y quizás su manera de captar la materialidad alude también directamente a esa idea de Heidegger de que «La realidad no puede entenderse primordialmente partiendo de la corporalidad de lo percibido». [2]
La muestra se compone de 21 grabados que reflejan situaciones y paisajes naturales y urbanos, secuencias cotidianas o representaciones subjetivas del mundo vegetal o animal.
Se distinguen entre ellos poblaciones rurales como Sant Vicenç de Calders, las colinas del Priorat, viñedos de verano y bosques de invierno, las calles de Paris o los objetos transmutados de la casa de El Vendrell con su vegetación misteriosa. Son composiciones de un surrealismo etérico donde el trabajo sobre la plancha del grabado se vislumbra sutil, pero de trazo firme.
De esta manera, encriptando el momento en los papeles, sus imágenes se constituyen como capsulas del tiempo que fue y cuya sensación se torna ahora, en pleno vértigo del siglo XXI, imperecedera.
Huyendo de la tradición académica e influenciada por las practicas artísticas de los pintores y grabadores japoneses, señala lo domestico o el paisaje combinando formas biomorficas con objets trouvées. Son escenas de interiores y exteriores en las que más que apuntar a una representación del mundo, señalan a una concepción del tiempo.
Sus primeros grabados con buril se remontan a 1964 y permiten reconocer en el detalle el dominio de la técnica. En su transcurrir como creadora influyeron además de su marido diferentes intelectuales y agentes culturales de la vida parisina de Nicole. Entre ellos el artista Josep Granyer; su formación en la Académie Julien en la rue de la Grande Chaumiere (con Robert Camí), los ejercicios en el antiguo taller de Roger Lacourière (donde imprimieron los principales artistas del momento como Picasso) y que pasó en 1957 a manos Jacques Frélaut; su amiga Maria Elena Vieira da Silva (1908-1992), introduciéndola en el mundo de las galerías (o el Musée National d´Art Moderne de Paris) o procurando que esté representada en centros relevantes; etc. [3]
En 1970 Nicole junto con Nella Bielski (1937-2020) deciden ir en coche a Rusia atravesando Odessa y Kiev hasta Moscú, un viaje revelador donde amplia su concepción estética y vivencial. Según Plinio el Viejo, el origen de la pintura es la sombra. Desde 1971 Nicole se convierte en una virtuosa de la técnica a la manera negra, también llamada mezzo-tinta o grabado al humo, la cual empezó a divulgarse en el siglo XVII. La técnica permite que a partir de un negro total se obtengan los blancos de la estampa. Para ello la plancha debe ser graneada muy minuciosa y uniformemente con precisos movimientos de balanceo. Ello posibilita crear sorprendentes transiciones de claroscuro de gran delicadeza y diferentes gradaciones tonales de los negros explorando el tiempo entre las sombras. Además, Nicole a veces alterna esta técnica con la del buril tal y como se aprecia en las soluciones integradas en la obra Vase Chinois (42,5 x 33 cm) de 1972.
Con objeto igualmente de compartir esta alquimia de la mirada sobre el instante, se incluyen 9 fotografías que permiten entender la manera en la que aborda los procesos de selección previos. Es un enfoque en el que decodifica el flujo de lo real a partir de texturas o encuadres. En la selección de sus planos se percibe a la observadora consciente del poder de la abstracción como acercamiento revelador a la esencia de la materia y el espíritu.
Respecto al audiovisual que acompaña la muestra, procede de la digitalización gracias a la Filmoteca de Catalunya de las películas de cine en 8 y 16 mm encontradas en la Fundació Apel·les Fenosa, en su mayoría de los años 60. Sus secuencias nos transportan a esos momentos de las visitas a parajes y localizaciones, en las que el tiempo del verano es el momento del esparcimiento con los seres cercanos o amistades llegadas de lejos.
En el estudio de El Vendrell, su refugio de aislamiento en la parte alta de la torre medieval del palacio, Nicole fue captada en el proceso de preparación de sus grabados por su amiga, la periodista y escritora Patience Gray (1917 – 2005). Gray también realizó una serie de fotografías de sus innumerables viajes de amistad y complicidad, revelando, en paralelo, este sistema de relaciones personales y un tiempo irrepetible.
Con todo, en ese periodo junto con la complicidad de Patience Gray e Irving Davis (1899-1967) propiciaron la aparición de dos proyectos bibliográficos de artista que revelan aquellas estéticas relacionales: Los libros de La Casa Portal del Pardo con Warren editions (1970) y A Catalan Cookery Book (1969).
Nicole es, además, la artífice de la creación de la Fundació Apel·les Fenosa, que preserva y divulga el legado patrimonial de su marido.
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[1] Texto de Nicole para el prólogo del catálogo en la exposición de Madrid de 2008. Igualmente, su amiga Odile Fabre relata que Nicole colaboró en ese periodo con la resistencia francesa trasladando información de un lado a otro de la frontera con su bicicleta..
[2] Heidegger, Martin. Prolegómenos para una historia del concepto tiempo. Madrid: Alianza Editorial, 2006; p.274.
[3] Gracias a Vieira Da Silva (quien convenció a Denise Renard) Nicole realizó su primera exposición en París en la Galerie Jacob entre diciembre de 1971 y enero de 1972 bajo el titulo Nicole. Burin et manière noire.
Exposición. 18 feb de 2025 - 15 jun de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España