El automatismo es, en síntesis, el triunfo de la imaginación por sobre otra instancia pictórica. Se mueve, sin voluntad de ilustración en las zonas profundas del inconsciente, dando forma al mundo de los sueños, es decir, la asociación libre, preconizada por Freud en el campo psicoanalítico. Es el reino de la poesía visual, con la energía de un discurso anti convencional, donde se ocultan los rastros de los signos superficiales que aparecen en los primeros movimientos de la mano sobre el soporte con su galería alucinante de metáforas del inconsciente. En el principio aparecen formas que en el transcurso de la escritura se van transformando en otro contexto mucho más profundo y cuya significación escapa a la primera lectura pero que expresan un universo único donde la presencia del azar voluntario con su potente significación se resuelve en una geometría mágica. Leonardo visualizaba en la manchas de humedad de la...paredes de Florencia escenas de batallas y elementos fantásticos. “Sé como comienzo una obra pero jamás como la termino” decía Piccaso. Cortázar se inspiró en los dibujos y pinturas de Julio Silva (pintor argentino que vive en París desde la década del cincuenta) para escribir textos memorables de “Silvalandia” libro que tributa su fervor por el surrealismo pictórico. Otro gran ejemplo literario es “Los Cantos de Maldoror” libro fundamental de los antecedentes del surrealismo de Isidore Ducasse, Conde de Lautréamont. Un grupo de pintores y escultores europeos y latinoamericanos dan testimonio de ésta tendencia, que en el transcurso del tiempo no sólo no ha perdido originalidad sino al contrario, se ha impuesto como presencia notable del arte en el mundo. La pericia técnica de éstos siete pintores, el amor al oficio, la perfección formal, se expresan cabalmente en la imagen que configura su trabajo, dando al espectador la suma de la fuerza plástica del automatismo.
Entrada actualizada el el 12 sep de 2019
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